Muere una mujer en Sants que llevaba cocaína en su estómago

Las personas conocidas como «mulas», que transportan drogas en su interior, normalmente son detectados en los aeropuertos, pero es excepcional que sean hallados en estaciones de trenes.

Las personas conocidas como «mulas», que transportan drogas en su interior, normalmente son detectados en los aeropuertos, pero es excepcional que sean hallados en estaciones de trenes. Pero ayer sucedió. Una mujer, con estupefacientes en el interior de su cuerpo, fue hallada inconsciente en la estación de Sants de Barcelona, concretamente en uno de los andenes. Acababa de llegar en un AVE procedente de Madrid.

La mujer, de 34 años y de nacionalidad peruana, fue hallada sobre las 9.30 horas. Fue un vigilante de seguridad de Renfe, que con rapidez dio el aviso. Acudieron al lugar efectivos del Servicio de Emergencias Médicas (SEM) y de los Mossos d’Esquadra.

Al parecer, al principio los efectivos de emergencias que la intentaban reanimar pensaron que podría estar embarazada, pero al cabo de unos minutos comprobaron que no era así, sino que lo más probable es que tuviera droga en el interior de su cuerpo, en el estómago.

Sin violencia

Los sanitarios del SEM intentaron reanimar, durante una media hora, a la joven, que no presentaba indicios de una muerte violenta. A partir de ese momento, los Mossos abrieron una investigación para aclarar los hechos. Al tratarse de un asunto de muerte relacionada con drogas, todo pasó a manos de las unidades de homicidios.

Por la tarde, la autopsia practicada a la joven confirmó lo que se sospechaba por parte de los médicos de urgencias. Una de las bolas de cocaína que transportaba en el estómago explotó, se supone que en pleno viaje, lo que finalmente le causó la muerte en la estación.

En los aeropuertos, donde hay más controles, los agentes suelen tener buena vista para detectar a las «mulas». Se suelen mostrar nerviosos y con sudor. Evidentemente, el peligro es que estalle alguna de las bolsitas con droga –casi siempre cocaína– en el estómago, lo que resulta mortal. Parece ser que este fue el motivo de su fallecimiento. Pueden llegar a transportar un centenar de estos óvulos.

Por motivos obvios, la «mula» debe ayunar antes de iniciar el viaje. Las pequeñas bolsas no suelen superar los ocho milímetros de diámetro, y se suelen tragar con la ayuda de agua. Están envueltas en látex, con amarres herméticos en los extremos para evitar la fuga del material. En el caso de rotura de una de las bolas, se sufre un edema agudo del pulmón, entre otras dolencias.