Barcelona
Pitarra se hace irlandés
El histórico establecimiento con 127 años de historia podría tener los días contados y convertirse en un pub cuando finalicen las obras que comenzarán esta semana ante la sorpresa de los barceloneses
El histórico establecimiento con 127 años de historia podría tener los días contados y convertirse en un pub cuando finalicen las obras que comenzarán esta semana ante la sorpresa de los barceloneses.
Algo está pasando con la memoria histórica da Barcelona cuando algunos de sus establecimientos han ido desapareciendo. Si hace unas semanas veíamos como caía El Ingenio tras no pocos intentos por hacerlo revivir, ahora parece que ha llegado la última hora del Restaurant Pitarra. Estamos hablando de un local con 127 años a sus espaldas, punto de encuentro de literatos en la barcelonesa calle Avinyó. Fue aquí, como dice todavía puede leerse en su fachada, donde tuvo su cuna el teatro catalán gracias al buen trabajo de Frederic Soler, conocido en el mundo de las letras como Pitarra.
El restaurante ha estado hasta hace cuatro meses en manos de los hermanos Roig. De ahí ha pasado a un nuevo propietario irlandés que tiene como objetivo convertirlo en un pub típico de su país y que se sumará a otros dos que ya tiene en la capital catalana. Fuentes consultadas por este diario afirman que los diferentes tesoros que se conservan en el Restaurant Pitarra, todo un museo dedicado a la literatura, pueden tener los días contados porque no están previstos que formen parte de la decoración del local. Estamos hablando de una colección artística en la que podemos encontrar originales u obras gráficas de autores como Ràfols-Casamada o Modest Cuixart. A este fondo se le suma el dedicado al mismísimo Pitarra, con algunos originales de su puño y letra, como el de la obra teatral «Les joies de la Roser», además de la máscara mortuoria del escritor, el único al que se le ha dedicado una estatua en las cercanas Ramblas. El restaurante también posee una extensa biblioteca centrada en la Reinaxença, así como algunos documentos de contemporáneos de Pitarra como Santiago Rusiñol. Su destino final, a día de hoy, es alarmantemente incierto.
El local por el que también pasaron nombres como los de Clavé o Zorrilla es poseedor, desde hace tres años, de la Medalla de Oro al Mérito Cívico. Sin embargo, nunca ha tenido el reconocimiento de Edificio Emblemático. Ese hecho puede permitir a la nueva propiedad a hacer cualquier tipo de reforma: desde cambiar el color de las paredes a modificar el mobiliario del histórico edificio.
Jaume Ciurana, del PDeCAT, aseguró ayer a este diario que se pedirá «una intervención urgente» a la alcaldesa Ada Colau para evitar el cierre del restaurante. Por su parte, Ángeles Esteller, del PP, coincidió al afirmar que su grupo pedirá explicaciones a Colau por el cierre «de un referente de la ciudad». Asimismo Montse Ballarin del PSC cree, también en declaraciones a este medio, que «cuando hay equipamientos con valor, el Ayuntamiento debería adquirirlos».
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