Tribunal Constitucional
Puigdemont enfila su tercer intento para ser investido de forma telemática
El Parlament inicia la reforma legal para permitir la elección del ex president desde el extranjero
JxCat vuelve a la carga con la investidura a distancia de Carles Puigdemont. En un momento en que las perspectivas electorales son poco halagüeñas y el liderazgo del ex president se ha diluido en el seno del independentismo en detrimento de Oriol Junqueras, el espacio convergente ha vuelto a recurrir a esta carta con la que intentar levantar el vuelo.
JxCat vuelve a la carga con la investidura a distancia de Carles Puigdemont. En un momento en que las perspectivas electorales son poco halagüeñas y el liderazgo del ex president se ha diluido en el seno del independentismo en detrimento de Oriol Junqueras, el espacio convergente ha vuelto a recurrir a esta carta con la que intentar levantar el vuelo. JxCat consiguió ayer dar el primer paso con la constitución de la Comisión del Reglamento en el Parlament, el punto de partida para realizar cambios legales en el Reglamento de la cámara catalana, y se nombraron a los integrantes de cada partido –dos miembros por cada grupo parlamentario– que participarán en la ponencia redactora.
De fructificar esta reforma, Puigdemont enfilaría su tercer intento para ser investido. El primero fue el 30 de enero, cuando había fijado un Pleno, pero el presidente del Parlament, Roger Torrent, suspendió la celebración tras las advertencias del Tribunal Constitucional (TC). La segunda tentativa apenas tuvo recorrido, ya que los neoconvergentes se limitaron únicamente a forzar una reforma de la Ley de Presidencia –se aprobó el 4 de mayo– para que un candidato fuera investido sin acudir al hemiciclo, pero pocos días después fue tumbada por el TC.
En ambos casos, junto a los intentos de investir a Jordi Sánchez, la amenaza judicial y la voluntad de ERC y Torrent por no volver a incurrir en irregularidades –«si no sirve para avanzar en la independencia»– abocaron los planes de JxCat al fracaso. Si bien, las tentativas surtieron efecto para desgastar a Esquerra, que ante el electorado independentista más radical salió escaldada. Una fórmula que puede volver a funcionar ahora, ya que permitiría comprometer a Torrent y los republicanos con las elecciones municipales y europeas a la vuelta de la esquina.
La diferencia de posturas volvió a quedar ayer reflejada de forma velada: el portavoz de los neoconvergentes, Albert Batet, afirmó que el «único objetivo» de la reforma del reglamento es que «se respeten los resultados de las elecciones», permitiendo la investidura telemática y revirtiendo la suspensión de los diputados procesados por rebelión, mientras el diputado de ERC, Gerard Gómez del Moral, evitó referirse a estas dos cuestiones. Las dudas sobre esta iniciativa de JxCat también se hicieron extensivas a la CUP, cuya portavoz en la comisión, Maria Sirvent, advirtió de que estará en contra de que sirva como un gesto «simbólico» más ni como una manera de «exprimir» los límites autonómicos.
El portavoz de C's, Carlos Carrizosa, juzgó la iniciativa como un «brindis al sol» y aseguró que da «rédito victimista» a JxCat y permite «presionar a algunos miembros de la Mesa». El portavoz del PP, Santi Rodríguez, advirtió de que su partido se retirará de la comisión si se dedica a «objetivos partidistas» como sería intentar «investir a un holograma». Ferran Pedret (PSC) recordó que es «imprudente» emprender una reforma del reglamento sin un «amplio consenso» y Marta Ribas (Comunes) avisó de que «no tiene sentido» una investidura telemática.
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