El desafío independentista
Puigdemont pide ayuda al mundo económico sin mencionar la secesión
El presidente de la Generalitat busca la complicidad del empresariado evitando hablar a las claras
El presidente de la Generalitat busca la complicidad del empresariado evitando hablar a las claras.
Los empresarios son uno de los grandes objetos del deseo del Gobierno y de la Generalitat en el conflicto institucional que mantienen debido al proceso soberanista. Mariano Rajoy aprovechó su última visita a las Jornadas del Círculo de Economía en Sitges, donde cada año se reúne una nutrida representación del mundo económico, para advertir contra «la equidistancia» de un sector que acostumbra a nadar y guardar la ropa, mientras que Carles Puigdemont aprovechó ayer la presentación de la memoria económica de Cataluña 2016, que elabora el Consejo de Cámaras, para lanzar una llamada implícita a sumarse a un proyecto independentista al que evitó referirse con claridad durante toda su internvención. «El país pide un cambio, es una era de cambios trascendentales y no podemos renunciar».
Credibilidad
Uno de los puntos flacos del proceso soberanista es precisamente la frialdad con que el empresariado ha recibido siempre este proyecto lleno de incertidumbres. Puigdemont, sin embargo, halló un clavo al que agarrarse la semana pasada, cuando la Cámara de Comercio de Barcelona, dirigida por Miquel Valls, denunció las «promesas incumplidas» del Gobierno en Cataluña y la falta de credibilidad de su plan inversor en Cercanías. «Es lógico y legítimo que las empresas denuncien aquello que os perjudica y que nos perjudica. Es la economía», afirmó el presidente de la Generalitat, tratando de conseguir la complicidad de la Cámara con su estrategia.
El Gobierno asegura que las inversiones anunciadas, tanto en Cercanías como en otras infraestructuras (corredor mediterráneo, accesos ferroviarios al Puerto de Barcelona) se cumplirán e irán en aumento conforme se consolide la recuperación. Pero la Genera-litat niega la mayor e insiste en quitar toda verosimilitud a los compromisos de Moncloa.
«Seguir esperando nos impide afrontar el futuro con garantías y poder obtener todas las oportunidades que justamente este futuro nos ofrece cuando nosotros tenemos una enorme vocación de país por aprovecharlas», dijo Puigdemont ante los representantes de la Cámara. Y sentenció, en alusión al proceso independentista: «O actuamos pactando para tener los instrumentos en nuestras manos o iremos perdiendo poco a poco nuestros rasgos definitorios, nuestras oportunidades como país industrial, emprendedor o abierto al mundo».
Durante su discurso, el presidente de la Generalitat destacó la buena marcha de la economía catalana –que ya representa un 19 por ciento de la riqueza estatal– pese a algunas «sombras», y en especial remarcó la buena evolución de la captación de inversiones extranjeras y de las exportaciones. «Hoy Cataluña recibe más inversión extranjera que nunca. Si tomamos 2016 y el primer trimestre de 2017 como referencia, es el mejor año y mejor primer trimestre desde 1993», dijo.
Puigdemont también trató de desmontar los argumentos de quienes aseguran que el proceso soberanista está trayendo dificultades a la economía catalana y enfatizó que Cataluña suma año tras año récord en exportaciones, y ha añadido que ya copa el 30 % de las exportaciones de alto contenido tecnológico del conjunto del Estado.
En esta misma línea, el presidente de la Generalitat subrayó que «Nuestra economía continúa creciendo por encima de la media española» y se felicitó, además,por el empuje del sector industrial catalán.
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