Retrato del ciclista barcelonés

De un tiempo a esta parte, Barcelona se ha tenido que acostumbrar a los nuevos hábitos de movilidad de sus ciudadanos. El patinete eléctrico es el penúltimo ejemplo de esta situación.

De un tiempo a esta parte, Barcelona se ha tenido que acostumbrar a los nuevos hábitos de movilidad de sus ciudadanos. El patinete eléctrico es el penúltimo ejemplo de esta situación. Pero años antes comenzó a despuntar la que se ha convertido por méritos propios en la reina del transporte en la ciudad: la bicicleta. Con tantos años a sus espaldas, los estudios sobre el perfil de ciclista urbano comenzaron a aparecer. El último, y probablemente el más detallado, corrió a cargo del RACC. Además de las pertinentes recomendaciones para mejorar la relación entre peatones, ciclistas y vehículos, el informe explica que, a grandes rasgos, el usuario de bicicleta en Barcelona vive en el Eixample, trabaja y realiza como mínimo dos trayectos al día.

Así las cosas, unas 63.000 personas utilizan diariamente la bicicleta en la capital catalana. De hecho, casi el cien por cien viven en la ciudad. La mayoría de ellos, en el Eixample (21,8%) seguido de Sants-Montjuïc (18,2%). Por contra, el barrio menos propenso, quizás por su lejanía es Sant Andreu (apenas un 0,5%). Sobre la actividad profesional del ciclista medio, el 75,5% trabajan; el 15,5% son estudiantes; y un 6,8%, jubilados. Hay buenas noticias para la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y su cruzada contra el coche. Un 18% de los encuestados se desplazaba antes en vehículo privado.

El informe destaca que uno de cada tres ciclistas se siente vulnerable cuando circula por la ciudad y un 12% ha tenido un accidente alguna vez. Sólo un 35% de los encuestados admiten utilizar el casco y el 45% opta por circular por la calzada cuando no hay carril bici. Para mejorar la seguridad, una de las propuestas más valoradas por los ciclistas sería rebajar el límite de velocidad a 30 km / h por toda la ciudad y la posibilidad de hacer el casco obligatorio para las personas mayores de 16 años. Otra de las cuestiones que preocupan a quienes circulan en bicicleta es la seguridad en los estacionamientos de la calle, donde aseguran que a menudo se producen robos.

Los desplazamientos en bicicleta son los que más han crecido en Barcelona en los últimos seis años. Sin embargo, aunque representan sólo un 3% del total. En el 83% de los casos, lo hacen para desplazamientos cotidianos, como ir a trabajar o estudiar.

El informe recoge que la ciudad dispone de 1.207 kilómetros viales recomendados para bicicletas, en los que se incluyen los carriles bici (166 kilómetros), las calles de Zona 30 (355 kilómetros), las denominadas Calles 30 (558 kilómetros) y las vías de plataforma única (128 kilómetros) –estas últimas son aquellas en las que la acera y la calzada están al mismo nivel–.

El informe del RACC analiza también el nivel de uso de varios carriles bici de la ciudad. Entre los que más se utilizan está el de la avenida Diagonal entre el paseo de Gràcia y el paseo de San Juan por el lado montaña. Por aquí, cada hora circulan un promedio de 382 bicicletas. También registra mucha actividad el carril bici de la calle de la Marina entre la avenida Meridiana y la Gran Vía, por donde pasan 195 bicicletas cada hora. En cambio, hay tramos con baja ocupación. Por ejemplo, en la calle de Ganduxer, donde sólo circulan 13 bicicletas cada hora, y en la calle París, donde se contabilizan 45.

Una vez analizado el informe, el RACC propone resolver los problemas que se han creado en algunos puntos de la red de carriles bici, antes de ampliarla más. Afirma que también se debería implantar un sistema de responsabilidad civil obligatoria para los ciclistas (como se hace, dice en otros países europeos) y priorizar los carriles de sentido único antes de que los de doble sentido. También propone aumentar el horario de tarifa plana del Bicing de 30 minutos a 45 minutos y establecer incentivos fiscales municipales para promover el uso de la bici para ir al trabajo.