Cataluña
Solidaridad de los Antiguos Caballeros Legionarios
La Hermandad Nacional de Antiguos Caballeros Legionarios de Barcelona ha donado 21.000 euros para niños con enfermedades raras.
Como es habitual por estas fechas, la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Barcelona ha realizado su acto benéfico a favor de los niños catalanes que sufren enfermedades raras, en esta ocasión en una Parroquia de Hospitalet de Llobregat.
Los niños que sufren semejantes enfermedades calamitosas experimentan una gran alegría cuando sienten a su alrededor el afecto y la benevolencia de los Antiguos Legionarios, sus uniformes, su marcialidad, sus cánticos, pero sobre todo la nobleza y la solidaridad sincera de sus ojos.
Llenar de ilusiones a un niño que sufre no es fácil; es preciso algo extraordinario, algo casi mágico, y esto es algo que los Legionarios de Barcelona consiguen año tras año, en un proceso de mejora y autosuperación que convierte este acto benéfico en una sensación del Verano en Cataluña.
Este año ha sido especialmente emotivo porque un generoso miembro de la Hermandad que ha recibido una herencia que ha donado a dicha Hermandad la cual a su vez la ha donado para los siguientes fines:
5.000 euros para la Asociación San Filippo Barcelona.
5.000 euros para la Fundación 5p-
5.000 euros para el Pequeño Abel
y 6.000 euros para el Pequeño Nico, que necesitaba una nueva silla de ruedas.
No es una cifra millonaria, ciertamente no lo es; pero son 21.000 sonrisas legionarias hacia los niños que sufren, y eso en un Mundo como el actual donde los auténticos valores brillan por su ausencia, demuestran que siempre hay Esperanza y siempre habrá hombres y mujeres que nunca se rendirán a las contingencias de estos convulsos tiempos.
España sufre por muchos motivos pero los Antiguos Legionarios demuestran que en la ayuda social a los más necesitados, especialmente a los niños, también son los más valientes y aguerridos.
Ese día el Sol de España brilló con especial fuerza en el corazón de los niños catalanes asistidos, y las caras de sus padres recibieron el calor de unos compatriotas comprometidos con su sufrimiento.
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