Tribunales
Un testigo clave dice que los Mossos golpearon a Benítez en la cabeza
El hombre que se peleó con el empresario se contradice y ahora asegura que sólo le hizo un rasguño. La defensa denuncia que El Yazid no dijo nada sobre estos golpes
Había expectación ayer en la Ciudad Judicial para conocer la versión de El Yazid A., testigo clave en el caso Raval, al tratarse del hombre que se estaba peleando con el empresario Juan Andrés Benítez antes de la llegada de los Mossos d'Esquadra. Su versión de los hechos fue parecida a la de los vecinos testigos y muy diferente a la de los diez agentes imputados.
Ambos mantuvieron un rifirrafe la noche del 5 de octubre en la calle Aurora del barrio barcelonés del Raval. Benítez falleció después de la citada pelea y de ser reducido y detenido por los agentes. Estos hechos provocaron una gran conmoción en el barrio, pese a que Benítez trabajaba en el Gayxample.
Ante la juez, El Yazid A. aseguró que tras dejar de pelear con el empresario, los mossos que llegaron golpearon a Benítez en la cabeza con porras. No obstante, el abogado de tres de los policías imputados, José María Fuster–Fabra, explicó que el testigo no concretó el lugar donde el fallecido recibió los golpes.
«Signos externos violentos»
Añadió la defensa de los imputados que una médico que también declaró ayer señaló que el empresario solo tenía signos externos de violencia en la cara, «lo cual sería incompatible con una paliza y compatible con la versión de los Mossos de que era por la resistencia que ejercía contra el suelo».
La pelea entre este testigo y Benítez fue el desencadenante de los hechos, porque provocó la llegada de los Mossos. El Yazid A. insistió en que sólo le causó un pequeño rasguño, tras un empujón, y que fueron los agentes quienes le lesionaron mortalmente, mientras que los imputados aseguraron que no agredieron al empresario en la cabeza, y que cuando llegaron al lugar de los hechos Benítez se estaba golpeando contra el suelo. Este último dato fue corroborado por El Yazir E.
Cabe destacar que la versión ante la juez de este testigo clave contrasta con la que ofreció ante la Policía Autonómica. En comisaría aseguró que el empresario estaba muy agresivo, por lo que él temió por su vida, e hirió a Benítez con varios golpes. Añadió que, cuando llegaron las patrullas, el empresario intentó escapar de los policías, y apartó con el brazo a una agente, que cayó al suelo. Confirmando la versión de los imputados, el testigo señaló que Benítez intentó morder a la mossa. Tras ese momento, comenzó la reducción por parte de los agentes.
El abogado de la familia de Benítez, David Aineto, aseguró por su parte que «nuestra versión es que hay un ciudadano que tuvo un rifirrafe con otro ciudadano; vino la Policía y no arregló el asunto, sino que acabaron matándolo, y todos los datos objetivos nos llevan por este camino».
Respecto a la enfermedad cardiaca llamada Wolf Parkinson White que podía sufrir Benítez, Aineto dijo que no lo padecía, al contrario de lo que recoge la autopsia que se practicó a la víctima. En cambio, Fuster–Fabra recordó que esta patología aparece en el historial clínico del empresario que se elaboró en el Hospital del Mar, donde fue atendido.
Otro testigo
El próximo paso en esta causa será la declaración de otro testigo presencial de los hechos. De momento, mantiene como imputados a diez mossos. Nueve de ellos por un delito contra la vida, a dos también por un delito de obstrucción a la Justicia -por lavar el charco de sangre que quedó en el lugar de los hechos- y a otra por un delito de coacciones y/obstrucción a la Justicia.
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