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Una puerta abierta al diálogo

Un libro recoge las ponencias del seminario que se dedicó a Miguel Delibes y Josep Pla

El encuentro de los escritores Josep Pla y Miguel Delibes, en Pals, en 1969
El encuentro de los escritores Josep Pla y Miguel Delibes, en Pals, en 1969larazon

Dos visiones literarias diferentes, aunque compañeros de catálogo en Destino. Josep Pla y Miguel Delibes se leían, se conocían y se admiraban.

Dos visiones literarias diferentes, aunque compañeros de catálogo en Destino. Josep Pla y Miguel Delibes se leían, se conocían y se admiraban. Ellos fueron los protagonistas de unas jornadas que se celebraron el 20 de octubre de 2017 en el Centro Cultural Blanquerna de Madrid que dieron lugar a una serie de ponencias que ahora ven la luz gracias a un libro cuidado por Xavier Pla y Francisco Fuster. «Josep Pla y Miguel Delibes. El escritor y su territorio», editado Sílex Ediciones, es una puerta abierta a un diálogo entre Castilla y Cataluña, algo demasiado necesario y que hasta ahora solamente se ha aplicado en este seminario y en el libro que acaba de publicarse.

El volumen cuenta con textos de Pere Gimferrer, Valentí Puig, Gustavo Martín Garzo, Laureano Bonet, Manuel Llanas, Blanca Ripoll, Francesc Montero, Xavier Pla, Francisco Fuster, Jordi Amat, José Ramón González y Justo Serna, además de incluir interesante documentación original sobre los dos protagonistas.

El libro parte de una premisa interesante y hoy fundamental como es el de la necesidad de construir «un espacio crítico de diálogo, respeto y libertad, y más en las actuales y dificultosas circunstancias políticas», como apuntan Xavier Pla y Francisco Fuster. En este sentido, se recuerda que Delibes apuntaba, en conversación con César Alonso de los Ríos, que «lo que el catalán pide, creo que con justa razón, es un apoyo, un respeto por su lengua y desarrollo de su cultura». Eso contrasta con las notas recientemente publicadas de Josep Pla y que vieron la luz en «Fer-se totes les il·lusions possibles». En ellas el ampurdanés argumentaba que el catalán «tiene miedo de ser él mismo, rechaza aceptarse tal como es y al mismo tiempo no puede dejar de ser lo que es».

El testimonio de Gimferrer

Uno de los textos más importantes de este «Josep Pla y Miguel Delibes. El escritor y su territorio» es el que firma Pere Gimferrer y en el que habla de sus encuentros con los dos protagonistas, muy escaso en el caso del ampurdanés y más amplios en el del vallisoletano. «Son dos escritores que parten de una aparente trivialidad expositiva, y en eso se acercan. Uno va hacia un cromatismo muy estudiado, aparentemente, pero lo principal, lo que da la fuerza es la adjetivación, sobre todo, los matices cromáticos y sensoriales; y otro va a los sustantivos. En este sentido, son dos clases de escritores distintos, no digo opuestos, pero uno funciona por los adejetivos y el otro por los sustantivos», dice con acierto Gimferrer.

Una de las aportaciones más interesantes es un conjunto epistolar del autor de «Los santos inocentes» a Laureano Bonet, profesor emérito de la Universidad de Barcelona. Bonet le remitió a Delibes en 1989 un cuestionario alrededor de la obra de Pla, preguntando, por ejemplo, cuándo descubrió al autor de Palafrugell y qué textos leyó inicialmente. «Tengo mala memoria pero creo que a Pla le descubrí en sus artículos de la revista “Destino”. Luego leí su inolvidable “Viaje en autobús”, también en castellano. “El cuaderno gris” fue muy posterior pero ¡qué gran libro!».

Bonet también quería saber si Delibes creía que Pla podría haber influido a la literatura española de posguerra. El autor de «Cinco horas con Mario» respondía que «puede ser. Yo este fenómeno de la influencia lo detecto mal. Sin duda entre Pla y Baroja existe un parentesco, pero ¿qué fue primero el huevo o la gallina? En mi narrativa no creo que haya influido Pla pero sí en mi literatura de viajes. Y no me refiero ahora a los libros “Viaje en autobús” y “Viaje a pie” sino a sus impresiones de viaje por el ancho mundo. El Pla itinerante, andariego, observador de la minucia probablemente influyó en algún compañero mío de generación. No lo sé».

El libro aquí referenciado también contiene un estudio, firmado por el profesor Manuel Llanas, de las numerosas cartas que Josep Pla y Miguel Delibes enviaron a su editor, Josep Vergés, un nombre que un día habría que reivindicar con fuerza. Al final del volumen podemos precisamente leer una selección de las misivas entre Delibes y Vergés en las que hay referencias al autor de «Vida de Manolo».

Unas de las más interesantes son las escritas en enero de 1976 y que tratan de un tema que fue y sigue siendo controvertido. Tras años publicando en la revista «Destino» un muy seguido artículo semanal, Pla dejó de hacerlo coincidiendo con la llegada de Baltasar Porcel a la dirección de la publicación y bajo el paraguas de Jordi Pujol. A Delibes le choca no encontrar la palabra de Pla en «Destino» por lo que le pregunta a Vergés si es que le ocurre algo. La contundente respuesta del editor señala que «Pla ha dejado de escribir en “Destino” por desavenencia total con la nueva Empresa, sobre todo con Porcel. Parece que Pla es ahora un reaccionario temible y no le dejaron escribir sobre el plan comunista para apoderarse de Portugal. Todo esto es muy lamentable y yo también me he ido apartando de esa gente. Con menos años encima no me hubiera vendido la revista».