Desempleo juvenil

Uno de cada cinco jóvenes menores de 30 años ni estudia ni trabaja

El Tercer Sector alerta de que con el actual modelo laboral no podrán tener un proyecto de vida digno

La tasa de paro juvenil sigue siendo un lastre en Andalucía
La tasa de paro juvenil sigue siendo un lastre en Andalucíalarazon

El Tercer Sector alerta de que con el actual modelo laboral no podrán tener un proyecto de vida digno.

La recesión económica ha perfilado una nueva generación de jóvenes, marcados por el desempleo, la precariedad, la sobrecualificación y la emancipación tardía. Desde el estallido de la crisis, la tasa de paro juvenil ha ido creciendo hasta niveles alarmantes: si en 2007 se situaba en el 13,4%, en 2015 pasó a ser del 42,3%.

Tal panorama ha provocado que la resignación se instale entre los menores de 30 años. Hasta tal punto, que un 20% de los jóvenes catalanes ni estudia ni trabaja. Pero desde el Tercer Sector aclaran que la mayoría no elige esta situación, sino que se ven abocados a ella. «No son ninis, están en situación de ninis», defendió Maria Àngels Cabasés, autora del informe «La precarietat laboral juvenil a Catalunya: una realitat incòmode», presentado ayer en el Ateneu Barcelonès e impulsado por la Taula del Tercer Sector.

Con una tasa de paro que duplica la general, Cabasès criticó la «incertidumbre» que sufre este colectivo, que se extiende incluso a quienes trabajan dada la temporalidad de los contratos y los bajos salarios. Eso provoca, dijo la autora del informe, que pocos puedan emanciparse de sus padres: «Con la remuneración y las condiciones laborales a las que tienen acceso, no tienen la capacidad de tener una vida digna», apostilló.

Las entidades sociales reunidas en el Ateneu constataron, por su parte, que las condiciones de vida y de trabajo de los que tienen ahora 30 años «son mucho mejores que los de la generación anterior». Si bien es cierto que las remuneraciones han disminuido en todos los rangos de edad tras la crisis, esta situación es más flagrante entre los jóvenes de entre 26 y 30 años con estudios universitarios. Si hace unos años este colectivo cobraba 1.811 euros de media al mes , ahora no suelen pasar de los 1.365, esto es una reducción de 446 euros mensuales.

El valor de la educación

El informe redactado por Maria Àngeles Cabasés revela, además, que tener formación superior sigue siendo un requisito indispensable para entrar en el mercado laboral. Sin embargo, y a diferencia de hace unos años, ya no garantiza «una mayor duración de los contratos». La resignación se ha extendido sobre todo entre los universitarios, ya que el 77% está sobrecualificado para los trabajos que normalmente desempeñan.

Cabasés aprovechó el acto para denunciar que «el actual modelo se ocupación precaria» podría convertirse en el modelo del futuro «si no se aplica un nuevo marco de relaciones laborales y un nuevo crecimiento económico».

Las entidades del Tercer Sector coincidieron en que se ha producido una ruptura con la generación anterior, que los jóvenes dan por sentado que no tendrán las mismas oportunidades ni condiciones de vida que sus padres, y que esta situación se agrava en el caso de los jóvenes en riesgo de exclusión.

«Se acostumbran a vivir en la precariedad como una cosa que hay quie aceptar y eso les impide proyectarse hacia el futuro», lamantaron.