Wim Wenders reinterpreta el mundo a través de sus fotografías

BARCELONA- El cine de Wim Wenders es como un desierto en el que la vida empieza a despertar, mientras lucha por buscar su espacio ante las situaciones más adversas. El gusto por los espacios abiertos, los silencios, el vacío y el drama intrínseco del hombre ante el vértigo de la existencia son carácterísticas que desde «París/Texas» a «El amigo americano» o «Cielo sobre Berlín» han dado su firma a su cine y lo han convertido en uno de los directores más aplaudidos de los últimos 40 años. Y todo esto empezó con la fotografía.

La Fundación Sorigué de Lleida expone por primera vez en España las fotografías en gran formato del cineasta, que incluyen momentos clave de la historia moderna como la Zona Cero de Nueva York tras los atentados del 11-S o los paisajes de Fukushima tras el desastre nuclear ocurrido hace tres años. «Como fotógrafo me gusta mostrar lo que veo, la realidad. Simplemente estoy en ese lugar para escuchar, para que los lugares me cuenten algo», asegura Wenders.

Empezó a estudiar y hacer fotografías a los 21 años, después de estudiar medicina y filosofía y nunca ha abandonado esta pasión, de la que afirma que es donde más libre se siente. Nunca truca las fotos, ni utiliza cámaras digitales, sólo quiere capturar lo que se presenta frente a sus ojos, que en su opinión ya es lo suficientemente potente para emocionar y abrumar al espectador. Tocarlas, para él, sería una retórica que no sólo no añadiría nada a la imagen, sino que le robaría su autenticidad. «Con estas fotografías soy fiel a los lugares que he visto. A ustedes les transmito las historias de aquellos lugares», comenta el cineasta.

Desde hace 20 años, en sus viajes por todo el mundo, coincidiendo con un rodaje o simple curiosidad, Wenders no se separa de su cámara panorámica. Su única técnica fotográfica es esperar el momento justo para disparar. «Soy un intérprete de las historias del planeta. Mis imágenes radican mucho en la tierra», comenta el cineasta. Para la directora de Fundació Sorigué, Ana Vallés, las 18 fotografías seleccionadas tienen un hilo argumental común, «la introspección y la reflexión a través del silencio».

- Dónde: Fundación Sorigué, Lleida.

- Cuándo: Hasta el 30 de marzo.

- Cuánto: Entrada gratuita.