Política

Iñaki Zaragüeta

Adiós, Majo, te queremos

La Razón
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No se puede tener peor amanecer en el día de Todos Los Santos que el de ayer cuando, al despertar, encuentras la novedad que nunca quisiste saber. Sentir que vuelves a repetir la misma frase de hace unas semanas «La muerte nunca duerme. Disfruta cuanto más daño provoca. Ayer se ocupó de una mujer maravillosa, periodista, inquieta, risueña, esposa, mujer y madre. María José Grimaldo nos ha dejado. Y se ha ido tras demostrarnos una fortaleza digna de mejor suerte. Se entregó a la insaciable parca erguida, extenuada sí, pero haciéndole frente. ¡Maldiga sea la de la guadaña!».

Majo se hacía querer, irradiaba bondad y alegría «quienes quieren cantar, siempre encuentran una canción» reza un dicho nórdico. Paloma y, cuando tocaba, león. Leona para su camada, siempre.

Majo era la belleza y su sonrisa puro arte, la seducción irremediable. Lo comentaba ayer con Julián Quirós, su otro yo profesional «nadie nos volverá a llamar ‘bandido’ con ese cariño, con esa lealtad».

Como alguien dijo, algo así «la belleza es su poder, una sonrisa su espada».

Fueron muchas las batallas periodísticas que libramos juntos en radio y televisión. Mujer de convicciones. Quizá lo que más admiro de una persona, junto a la lealtad. Las defendía como nadie. La aliada perfecta, porque abundaron las coincidencias. Por suerte para mí.

Ayer, negra, vi a este otro gran amigo tuyo, enamorado y seducido; vi, Majo, al Sol llorar. Si, como comentó Gandhi «la paz es una recompensa». Descansa en ella, en paz. Lo mereces de sobra. Te queremos. Así es la vida.