Iñaki Zaragüeta
Democracia, libertad y ley
Democracia, libertad y ley
Esta vez, la demagogia no ha cumplido el objetivo. La vicepresidenta Mónica Oltra, ha visto cómo perdía buena parte de su credibilidad por primera vez desde que emergió en la política, a veces de forma abrupta ayudada por alguna televisión. Ha bastado que se le planten con la verdad por delante unas monjas Terciarias Capuchinas, de esas que se dedican a hacer el bien, para que sienta el hierro de la contrariedad.
Ha quedado desvelada la pretensión, la de Oltra, de tapar, a pesar de los informes de la Fiscalía, su responsabilidad sobre la vergüenza de la Casa de acogida de menores de Monteolivete, dependiente de ella misma, a la Casa de Segorbe en la que se sepa, al menos por ahora, no se produjeron los acontecimientos que ella hizo públicos.
La también consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas ha salido «escaldada». Tras conocer las explicaciones de las monjas y las suyas, las de las primeras han resultado mucho más creíbles y para más gente que las de Mónica Oltra. Quizá es la primera vez que ha comprobado que en democracia hay valores incontrolables como la verdad, la libertad y la ley.
Ahí es donde más pica. La vicepresidenta cometió un error añadido, el de haber podido vulnerar el derecho fundamental a la privacidad al dar pelos y señales de menores perfectamente identificables, por más que se privará de citarles por sus nombres y apellidos. Veremos en qué quedan las demandas anunciadas por las monjas contra ella.
Acertará si aprende de la experiencia vivida y rectifica en lo que pueda. Así es la vida.
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