Ciencia

Dos investigadores valencianos y el fundador de Aquaservice, Premios Jaime I

El jurado compuesto por 23 Nobel exige eliminar la «injusta» discriminación contra la mujer. Los promotores de los galardones piden más consenso a la clase política

Los Premios Rey Jaime I, los primeros con Ximo Puig como presidente de la Generalitat, premiaron ayer investigaciones que luchan contra la leucemia y el cambio climático, así como a emprendedores que han generado empleo en torno a un producto básico como el agua para beber
Los Premios Rey Jaime I, los primeros con Ximo Puig como presidente de la Generalitat, premiaron ayer investigaciones que luchan contra la leucemia y el cambio climático, así como a emprendedores que han generado empleo en torno a un producto básico como el agua para beberlarazon

Cada año, los veintitrés premios Nobel que participan como jurado en los Premios Rey Jaime I hacen una declaración institucional con la esperanza de que se les escuche. Salvar el medio ambiente, la ética política, el respeto por la ciencia... Este año, en su vigésimo octava edición, le ha tocado el turno a las mujeres. «Casi 50 años después de la declaración sobre la eliminación de la discriminación contra la mujer proclamada por la Asamblea General de Naciones Unidas de 1967, los jurados de los premios 2016 exhortan a su cumplimiento en todo su contenido: desde la igualdad ante la ley hasta el acceso a la educación, el empleo, los puestos de responsabilidad o la remuneración salarial». En la mayoría de los casos, añadieron, «la situación continúa siendo fundamentalmente injusta».

Horas después, el adjunto al presidente de la Fundación Premios Rey Jaime I, Javier Quesada, anunciaba los seis ganadores de este año. Ninguna mujer entre ellos (solo siete entre los 128 galardonados en su historia).

Entre los agraciados este año, dos investigadores valencianos, Hermenegildo García Gómez, en Nuevas Tecnologías, nacido en Canals y catedrático en la Universidad Politécnica de Valencia; y Francisco Juan Martínez Mojica, premio de Investigación Básica, doctor en Biología y profesor titular de la Universidad de Alicante.

El primero recibió «con alegría y sorpresa» la noticia del galardón en Timisoara (Rumanía), donde participa en un congreso de la Sociedad Rumana de Catálisis, junto a otro Premio Jaime I, el químico valenciano Avelino Corma. El segundo, por su parte, declaró sentirse «superemocionado» por poder «servir de ejemplo para los jóvenes científicos españoles».

Junto a ellos fueron reconocidos Alberto Gutiérrez Garrido (Emprendedor), cofundador de la empresa Aquaservice y Plug and Play, empresa que ayuda a los emprendedores españoles a generar «startups»; a Miguel Bastos Araújo (Protección del Medio Ambiente) por sus investigaciones en torno a los efectos del cambio climático en la modificación de la flora y fauna del planeta; a Albert Marcet Torrens (Economía), doctor en Economía por la Universidad de Minnesota (USA) y director del Instituto de Análisis Económico del CSIC, porque sus trabajos han contribuido a «mejorar los instrumentos de análisis de los bancos centrales y los gobiernos»; y, finalmente al catedrático de Anatomía Patológica en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona Elías Campo Güerri (Investigación Médica) por sus estudios para clasificar distintas leucemias, un tipo de cáncer que, gracias a esta clasificación, ha diversificado los tratamientos.

Durante el acto, el presidente de la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados (FVEA) y vicepresidente de la Fundación Rey Jaime I, Vicente Boluda, aprovechó para hacer llamamiento a toda la sociedad para que comprometa con el mundo de la ciencia, la investigación y la empresa. Lamentó que, en España en general y en la Comunitat Valenciana en particular, seamos «expertos en buscar elementos de separación que no hacen más que debilitarnos». Frente a ello, destacó el triángulo empresa, ciencia e investigación como base del consenso del que «tan necesitada» está España.

Por su parte, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, admitió que aunque la ciencia española ha experimentado un fuerte impulso en los últimos treinta años, «estamos muy lejos de las metas a las que aspiramos». Según Puig, la crisis económica ha golpeado «de forma asimétrica» a los diferentes países, una asimetría que está produciendo un cambio en el mapa de la investigación internacional que está basculando hacia el Pacífico.