Alicante

Los acuíferos, donde se esconde la mitad de nuestra agua

El pantano de Contreras tenía este aspecto en 2005
El pantano de Contreras tenía este aspecto en 2005larazon

La guerra del agua se ha basado históricamente, al menos en el ámbito político, en los conflictos generados por la gestión de los ríos y especialmente en todo aquello relacionado con los trasvases. Sin embargo, la realidad es que en la Comunitat Valenciana los ríos solo aportan la mitad de los recursos hídricos, el otro 50 por ciento proviene de los acuíferos, grandes desconocidos para la sociedad y olvidados de las Administraciones.

El catedrático de Hidrogeología de la Universidad Jaime I de Castellón, Ignacio Morell, incide en que a pesar de la importancia que tienen las aguas subterráneas en el suministro habitual del agua, apenas se les presta atención. En la provincia de Castellón la dependencia de los acuíferos asciende a un 75 por ciento, porcentajes que alcanzan el 85 en casos de sequía. De hecho, son las aguas subterráneas las que menos se resienten frente a una época con pocas o escasas lluvias. «Son nuestra reserva estratégica» y como tal, se les incluye en los planes contra la sequía.

Mala gestión

El problema nace en los años 60. Fue cuando los acuíferos comenzaron a explotarse de manera «intensa y desordenada», especialmente aquellos que están situados en la costa.

En estos casos, el bajo nivel en el que ha quedado el acuífero ha provocado la entrada de agua de mar y se han salinizado. Las aguas subterráneas de Vinaròs, Oropesa, Castellón y los de Alicante se encuentran en esta situación.

Otro de los principales problemas de estas masas de agua es la contaminación provocada por la agricultura, bien sea por nitratos o por plaguicidas. Un ejemplo claro son los problemas que está produciendo en el área de La Ribera, donde se ha llegado a prohibir consumir agua del grifo.

En muchas ocasiones, la contaminación ha llegado a tal extremo que se han dejado de explotar, afirma Morell. La recuperación no solo es difícil, sino que además es larga. «Tardan décadas en renovarse».

Si a los acuíferos se les prestase la suficiente atención estas situaciones no serían tan comunes. Sin embargo, Morell afirma que su comprensión es compleja y que en muchas ocasiones se ignora cuál debe ser su gestión.

De ahí la importancia de ahondar en su conocimiento e invertir en su recuperación, a pesar de que no sea una actuación vistosa, de «esas que se puede cortar una cinta para inaugurar». Por el contrario, apunta que en los últimos años, sí se han hecho inversiones en infraestructuras hídricas que ahora no tienen utilidad, como las desalinizadoras, pensadas únicamente para el «boom del turismo residencial», que no se produjo en las magnitudes pronosticadas.

Morell, corredactor de los informes presentados por la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) sobre la problemática del agua en la Comunitat, recuerda que el presentado en 2008 expone esta problemática. La situación no ha cambiado desde entonces, por lo que urge a actuar en el terreno práctico y teórico ya que aún hacen falta más estudios que determinen, entre otras cuestiones, cuáles son los caudales ambientales necesarios para mantener o alcanzar un estado óptimo.

La plana de Castellón, piloto

Morell encabeza un proyecto, realizado conjuntamente por la Universitat Jaume I y la delegación en Valencia del Instituto Geológico y Minero de España, que estudia la recarga artificial de los acuíferos. Las pruebas se realizan en la Plana de Castellón donde los agricultores ya no usan este recurso por su elevada salinidad. Los trabajos comenzaron en septiembre de 2011 y a mitad del próximo año se ejecutarán las primeras recargas.

Una parte procederá de los excedentes recogidos del invierno en el río Belcaire y otra de las agudas depuradas de la Vall d'Uixó, cuando tenga finalizado su tratamiento terciario. La inversión, que proviene de Coca- Cola, permitirá una mejora del acuífero en una década.