Literatura

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«Me gustan los personajes complejos, reales»

«Me gustan los personajes complejos, reales»
«Me gustan los personajes complejos, reales»larazon

Julio Cortés es un inspector de policía, pero también es un ser humano, con emociones, dudas y preocupaciones. Alex Garzó ha querido mostrar en su segunda novela, «Lo que se espera de mí», que los policías son de carne y hueso.

-¿Qué es lo que ha querido transmitir? ¿Se ha inspirado en algún caso concreto?

-La idea de la que parto se basa en las expectativas que uno mismo espera cumplir a lo largo de su vida. Uniendo eso al género que me apasiona, el «noir», en la novela utilizo la mirada de un personaje lastrado por su pasado, el inspector Julio Cortés, y encuentro una vía para aplicar esa idea inicial en una ficción de género negro. Ahora bien, uno espera transmitir algo que después el lector pueda aplicar o no a su propia experiencia. De ahí que la trama, sin estar relacionada con ningún caso en concreto, sí que pretende acercarse lo más posible a algo que pueda ocurrir en las calles de la ciudad donde uno vive. No solemos pensar que detrás del uniforme y la placa de Policía también hay personas, con sus dudas, como nosotros.

-¿De dónde viene su atracción por el mundo policial y de los sucesos?

-Siempre he tenido respeto por la Policía, por su labor, pero más aún por un cierto simbolismo que se representa a través del uniforme, la pistola, los zetas...Obviamente uno adquiere experiencia y no siempre está de acuerdo con sus actuaciones, pero queda ese poso simbólico. Por otra parte, también me atrae el hecho de que dentro de la cotidianidad del mundo en que vivimos se produzcan ciertos sucesos que escapan a simple vista pero que están ahí, presentes en la prensa pero también en el día a día.

-¿Sigues la sección de Sucesos de los periódicos?

-Sí, la sigo, y además me sorprende muchas veces, aunque en un porcentaje muy alto se repitan en forma y fondo los crímenes. Me gusta escribir historias verosímiles y a la vez atractivas, por eso la sección de sucesos es una buena fuente. También está la otra parte, la crítica social, política...sin la cual lo que escribo creo que no tendría sentido. No solo se trata de poner sobre el papel un misterio, la novela negra adopta un fondo, quiere retratar la sociedad en la que discurre.

-¿Cómo te has documentado para esta novela?

-No sé si les pasará a otros, pero para poder escribir necesito estar continuamente leyendo novelas. Leo más las de género negro. Intento asistir a charlas con la policía (pocas) y tengo algún contacto con una jueza que me sirve de barrera en caso de que quiera poner: «el Inspector Julio Cortés detuvo al sospechoso en la puerta de su casa después de una genial idea». No. No funciona así. Está todo judicializado y le debo al lector intentar no caer en esa trampa e intentar montar una trama que refleje la realidad.

-¿Cómo haces para meterte en la piel de unos personajes tan complejos?

-Me gustan los personajes complejos porque me gusta que sean reales. Para meterte en su piel utilizo su historia previa, pero sobre todo los obligo a elegir: los personajes (como las personas del mundo real), muestran su verdadera forma de ser cuando se ven expuestos a un alto grado de tensión. Se trata de empujar mediante la tensión dramática, hablo de una trama, hace que se revele más fácilmente un personaje y a la vez que se haga atractivo para el lector. Porque, ¿qué haría yo en esa situación?

-¿Se plantea cambiar de género?

-Creo que la novela negra es un género muy amplio, porque puede retratar la sociedad en su conjunto y esta es la escritura que me gusta.

- ¿Cuál es la situación del mundo editorial en la Comunitat? ¿Se está apostando por los jóvenes escritores?

-La situación editorial es mala. Tanto para escritores noveles como para editoriales independientes. Ahora bien, creo que el trabajo, si está bien hecho y tratado con cariño, el lector lo sabe apreciar. Otra cosa es que uno pueda vivir de esto, eso ya es otro cantar. Hay mucha gente que escribe increíble y no vive de esto. De todas formas, al final, el que tiene que apostar por un escritor es el propio lector.