Puig avisa a Oltra de que no negociará la Presidencia del Consell

Ofrece a Compromís y Podemos entrar en la Generalitat y cede Valencia a Joan Ribó. Oltra responde: «Me presenté para ser presidenta y los resultados acompañan»

La victoria del PSPV en la Comunitat Valenciana ha sido a medias. En las elecciones a Les Corts han conseguido ser la segunda fuerza más votada con el 20,35 por ciento de los votos y 23 escaños, pero el resultado les obliga a pactar con el resto de fuerzas de izquierda, Compromís (19 escaños) y Podemos (13 escaños). De ahí que el candidato socialista, Ximo Puig, se apresurase ayer a autoproclamarse presidente de la Generalitat.

Anunció que pedirá perdón a las víctimas del accidente de metro y que solicitará una reunión con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para exigirle un cambio en el modelo de financiación autonómica.

Para Puig está clarísimo que él debe quedarse con la Presidencia y que el candidato de Compromís a la ciudad de Valencia, Joan Ribó, que ha conseguido nueve diputados frente a los cinco del PSPV, será el próximo alcalde del «cap i casal» con el apoyo de los socialistas. «Los ciudadanos han orientado tanto el qué como el quién». Respondía así a la candidata de Compromís, Mònica Oltra, que ni mucho menos compartía una visión tan simple de la situación con su potencial socio de Gobierno.

«Lo importante es el qué, cuando nos pongamos de acuerdo en un programa de Gobierno saldrá el quién». Oltra no cedió ni un milímetro en su postura. Ni siquiera cuando se le preguntó si no debería ser Puig el presidente de la Generalitat, ya que sí defendía que Ribó fuese el próximo alcalde de Valencia. «No creo que el ‘deber ser’ quepa en política, primero vamos a ver qué queremos hacer».

Insistió en que los ciudadanos han dejado muy claro que quieren un cambio de política basada en las personas y que está en contra del bipartidismo tradicional. «El PP ha perdido casi la mitad de sus votos, pero el PSOE un tercio. La gente ha hablado muy claro».

La líder de Compromís recordó que ella se presentó para ser presidenta de la Generalitat y «el resultado acompaña». Por ello, remarcó que no se trata de repartir sillas, «no es un quítate tú para ponerme yo, es un cambio político y quien no esté ahí no contará con nosotros».

Así, ambos dirigentes parece que en lo único que están de acuerdo es en que las negociaciones no deben prolongarse en el tiempo porque los ciudadanos ni quieren ni pueden esperar.

De lo dicho 24 horas después de celebrarse los comicios queda bien claro que Oltra no se conformará con cualquier puesto en la Generalitat. Puig está dispuesto a ceder Conselleries, a hacer un Gobierno de coalición que sea lo más sólido posible. Se comprometió a hablar para conformarlo con todas las fuerzas políticas excepto con el Partido Popular desde la «máxima generosidad» porque los valencianos han dejado bien claro que quieren pasar página. «Han decidido por un nuevo paradigma que no vaya del Levante feliz a la Valencia corrupta».

Puig apenas dejó espacio para la autocrítica a pesar de que los números revelan que ha conseguido bajar de nuevo el techo electoral de su partido. Nunca antes el PSPV había cosechado tan solo el 20,33 por ciento de los votos.

Al contrario, hizo hincapié en que ampliaba el número de localidades en las que los socialistas accedían al Gobierno, en torno al 25 por ciento, y se comprometía a comenzar a aplicar el programa electoral desde abajo, «desde donde se aplica». Sin embargo, minutos más tarde tuvo que admitir que el PSPV «tiene un problema en las grandes ciudades».

La llamada de Fabra

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, llamó a Puig y a Oltra para felicitarles por el resultado. Ambos destacaron que el gesto es síntoma de normalidad democrática y le desearon suerte al líder popular en su tarea de «continuar limpiando el PP porque de las instituciones ya nos encargaremos nosotros. Van a devolver hasta el último céntimo robado», aseguraba Oltra.

Por su parte, Ximo Puig, se mostró más conciliador que nunca con Fabra. Le reconoció haber sido un presidente que se ha visto superado por las dificultades y le alabó haber intentado hacer siempre lo que creía que era mejor. A los otros perdedores, a Esquerra Unida, que ni siquiera entra en Les Corts, les quiso agradecer el trabajo realizado los últimos años.