Literatura

Literatura

«Somos la suma de todos los amores que hemos tenido»

Pilar Eyre
Pilar Eyrelarazon

No es necesario haber leído la primera entrega de «Mi color favorito es verte» para empatizar con Pilar Eyre, que cuenta cómo vivió ser finalista del Premio Planeta 2014 y no ganadora.

–«Mi color favorito es verte» tenía como finalidad ser una ofrenda a Sébastien, pero, ¿cuál es el objetivo de esta segunda parte?

–En realidad el segundo era explicar todo lo que había pasado después. Yo seguía tan sumida en la historia que no podía escribir sobre otra cosa. No es un diario, ni un reportaje, es una novela y la técnica narrativa es ficcionada para que el libro tenga una continuidad y desarrollo, pero la historia que escribo es tan de verdad como la que ya presenté en «Mi color favorito es verte». No me he guardado nada.

–¿Dónde está el límite de las cosas que se pueden hacer por amor según Pilar Eyre?

–En ambos libros se ven todas las locuras que he hecho por amor. Me ha dado para escribir dos libros, he investigado, he utilizado a amigos míos, he contratado detectives, me he gastado dinero y sobre todo, he dedicado dos años de mi vida solo a esta historia. Pienso que he llegado a todo excepto a echar a perder mi vida profesional que tanto me ha costado lograr.

–En esta novela, al igual que en la anterior, se muestra como es y sin tapujos. ¿Ha repercutido esto en su vida privada?

–Ahora es muy difícil que se me acerque un hombre, lo primero que me preguntan es si voy a sacarlos en mi próximo libro (ríe). Pero sí, mi vida ha cambiado. Todas las cosas que me divertían han dejado de hacerlo. Me he vuelto muy introvertida y sensible, de alguna manera me ha cambiado el carácter. Por lo demás, me paso el día en la carretera defendiendo los libros, ¡cómo no me ligue al maquinista del AVE!, lo veo bastante difícil.

–En el libro le dedica un pequeño guiño a la cantante Adele, ¿hará como ella en su última canción y llamará a Sébastien?

–(Ríe) El desenlace de mi historia con Sébastien está en este libro. Creo sinceramente que está terminada, no lo voy a volver a ver nunca y no lo he vuelto a ver desde que terminé el libro. Pero tengo que decir que el final es luminoso sobre todo cuando ves que hay tantas desgracias en el mundo y la vida es tan corta.

–¿Qué es lo que más le ha marcado de Sébastien y la historia de amor que evoca en «Nomeolvides»?

–Me ha enseñado una cosa muy importante, querer. Lo que te hace grande es querer y no que te quieran, y él me ha enseñado a amar de una forma muy absoluta y profunda. Estoy segura de que esto me servirá en un futuro y, desde luego, creo que todavía puedo dar mucha guerra.

–¿Se considera de esas personas románticas que creen que las historias de amor nunca mueren?

–Mientras no mueran los amantes las historias de amor siguen viviendo. Cuando te enamoras de alguien, lo estás haciendo de todas las historias de amor que ha tenido esa persona. Somos la suma de todos los amores que hemos tenido en nuestra vida.

–En muchas ocasiones ha repetido que sigue la pauta de «escribir rápido y corregir lento», ¿es eso cierto?

–Quiero decir que no me halaga en exceso cuando alguien me dice que se ha leído mi libro en una mañana de verano o que se ha pasado la noche en vela. Me gusta porque significa que tu libro ha gustado, pero por otra parte, detrás hay un trabajo muy duro. Escribir barroco es muy fácil y, sin embargo, escribir de forma que parezca espontáneo es muy difícil. Es un consejo de Ana María Matute que me dijo, «para no perder la frescura que tú tienes, corrige lento y escribe rápido».

–¿Cuáles son sus futuros proyectos?

–Ahora en enero empiezo un nuevo libro y cuando me siente frente al ordenador, entonces veré si me puedo meter en otra historia ajena a mí o si quiero seguir hablando sobre mí misma.