«Té con Nefertiti» en el IVAM

«La bella ha llegado» es el significado del nombre Nefertiti, reina de la dinastía XVIII de Egipto y símbolo de una cultura que ha ido cambiando con el paso del tiempo y que hoy en día se ha convertido en todo un emblema universal, fuente de inspiración para muchos artistas.

Ese es el planteamiento que se hicieron los comisarios y críticos de arte Sam Bardaouil y Till Fellrath y del que surgió esta exposición que han organizado con la colaboración del Museo Árabe de Arte Moderno de Doha (Qatar) y que estará hasta el próximo 26 de enero en el IVAM, para después mostrarse en el Museo de Arte Egipcio de Munich.

Así, han tomado el mito de Nefertiti como metáfora y lo han extrapolado a toda la simbología egipcia, para enseñar cómo evolucionan los objetos a través del tiempo y cómo finalmente se idealizan y se convierten en un símbolo cultural.

Tres ideas estructuran esta muestra: primero un nivel micro, la inspiración de un artista en el mundo egipcio y cómo este negocia con su propio entorno para crear la obra. La segunda parte podría situarse en un nivel macro, la simbología de los museos o cómo la obra es escogida por un comisario para aparecer en una muestra y cómo cambia de sentido. Por último está el espectador, quien la mira, la critica y la interpreta según su propio contexto, ideologías y políticas.

Libertad de interpretaciones

El propio Till Fellrath explica que esta es «una exposición abierta», ya que cada pieza podría situarse perfectamente en cualquier parte de la muestra y esta seguiría teniendo sentido.

Por su parte, Sam Bardaouil recalcó que «una obra de arte funciona como un espejo, porque en ella encontramos nuestros propios sentimientos». Para él, «un museo es un lugar para reflexionar, para crecer».

Fellrath escoge el busto de Nefertiti que se encuentra en la penúltima sala como la pieza central, ya que esta «representa toda la controversia que hay alrededor de las obras de arte».

Cada exposición es única

Hay obras que viajan todo el trayecto y una relación con las piezas de los museos en los que se van a presentar. El concepto es criticar cómo se hacen exposiciones y demostrar, como dice Baradouil, que «una exposición es algo subjetivo» y que «hay varias maneras de entender una obra, pero ninguna es totalmente correcta».