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Un 9 d’octubre que marca diferencias

Generalitat y Ayuntamiento de Valencia coinciden en hacer del Día de la Comunitat una jornada reivindicativa de «cambio y unidad»

La Procesión Cívica del año pasado siguió la tradición de las últimas dos décadas y pasó por la Catedral
La Procesión Cívica del año pasado siguió la tradición de las últimas dos décadas y pasó por la Catedrallarazon

La celebración del 9 d’Octubre siempre ha tenido un alto componente político y reivindicativo. Por una parte, el institucional, y por otra, el de aquellos que aprovechaban la cita para denunciar injusticias y agravios, lo que en ciertos momentos de la jornada provocaba tensión y acababa en algún que otro altercado. El de mañana será el primer Día de la Comunitat que celebran en el Gobierno los partidos que durante dos décadas han estado en la oposición, así que la fotografía será muy distinta.

Para empezar, la Generalitat ha querido aumentar el número de actos que recuerdan la entrada a la ciudad de Valencia del rey Jaime I en el año 1238, así que desde el pasado día 4 están abiertos nueve palacios, edificios singulares e históricos que difícilmente pueden ser visitados (incluida una visita guiada al Palau de la Generalitat). Asimismo, ha programado distintas actividades culturales como exposiciones de pintura, conciertos, cuentacuentos, teatro de marionetas, espectáculos de danza y la lectura del «Tirant Lo Blanch».

La intención, según explicaba días atrás el presidente Ximo Puig, es que «este 9 d’Octubre vuelva a ser una fiesta de unidad y de cambio», además de «simbolizar la reivindicación y la voluntad de ser un pueblo, un pueblo moderno, activo y solidario».

En la misma línea se pronunció ayer el alcalde de Valencia, Joan Ribó, quien insistía en el carácter lúdico y de participación colectiva que tiene la fiesta, aunque no negaba su vertiente de reivindicación tanto histórica como de la financiación, un aspecto este último que ha molestado a los populares, que consideran que no deberían mezclarse. Al respecto, la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, aprobó las manifestaciones previstas, pero advirtió a Puig que lleva «muy mal camino» si aprovecha la jornada para practicar el «Madrid nos roba», pues esta actitud «suena a procesos separatistas e independentistas». El Partido Popular, por su parte, ha lanzado una campaña en las redes sociales con la etiqueta #TraulaSenyera en la que piden a los valencianos de todo el mundo que se hagan una fotografía con la Senyera y «muestren el orgullo» de pertenecer a esta comunidad.

Pero Ribó persiste en su idea de dar al Día de la Comunitat una triple vertiente, una de ellas por la celebración del 777 aniversario de la llegada del rey Jaime I y de reivindicación histórica de los «derechos como pueblo, la lengua, la Senyera y la cultura». Además, defendió la vertiente lúdica, «como elemento de participación de toda la ciudadanía», así como la de carácter de reivindicación» de financiación e inversiones».

«Tanto la ciudad como la Comunitat necesitamos una financiación y unas inversiones, no mejor que ninguno, pero tampoco peor que nadie. No pedimos más que estar en la media del Estado, de lo que percibe cualquier ciudadano de cualquier otra ciudad del país».

En cuanto a la tensión que se prevé en la Procesión Cívica, el alcalde se mostró tranquilo pese a las pintadas aparecidas en el cauce del río Turia contra su persona. «Aparecen prácticamente casi todos los años. Son cosas menores que no tienen importancia». No obstante, denunció lo ocurrido ante las autoridades competentes porque por ley está obligado a hacerlo cuando hay un supuesto delito.

El mes pasado, Ribó tuvo que aceptar la recomendación de la Policía Local de tener un escolta después de que el Ministerio del Interior elevara al nivel 4 el riesgo de alerta terrorista, aunque desde el Gobierno central negaron haber impuesto tal escolta para el edil.

Con todo, los pitidos e insultos a lo largo del recorrido de la Procesión Cívica parecen asegurados, pues forman parte ya de la tradición. Lo fueron con Rita Barberá como alcaldesa y todo apunta a que lo serán con Ribó. Lo único que podría bajar la intensidad de las protestas no depende de los organizadores, sino de la naturaleza. La gente podría preferir pasar el día a cubierto si, tal y como prevé la Agencia Estatal de Meteorología, es un 9 d’Octubre pasado por agua.