Asalto «okupa» en Villalba

Hace más de dos años desde que Juan Manuel Sánchez Gordillo, el sindicalista y miembro IU que asaltaba supermercados en Andalucía, apareció en escena . Sin embargo, a día de hoy hay quién sigue su ejemplo. Al político andaluz justificaba sus acciones como una rebelión de los pobres contra los «expropiadores, terratenientes, bancos y grandes superficies» le han salido un grupo de imitadores en Villaba. Son un grupo de jóvenes que se alimenta de los robos que habitualmente perpetran en uno de los grandes establecimientos de alimentación de la localidad. El último asalto se produjo ayer por la mañana. Su modus operandi consiste en llenar un carro hasta arriba, como si estuvieran haciendo una compra al igual que un cliente normal, y al «llegar a la caja salen corriendo con el carro», explicaron ayer las empleadas.

La copropietaria de este comercio asegura que «no es la primera vez que ocurre», ya que llevan casi tres semanas realizando ataques de este tipo. «A veces abren los envases de carne y se la esconden bajo la ropa» y en otras ocasiones, cogen latas y «salen corriendo», explica A. E., mientras recoge todo el desastre que se montaron en el supermercado después del robo de ayer. A pesar de que estos ataques se están convirtiendo en rutina, sus propietarios no han denunciado por el momento, aunque en esta ocasión sí se plantean hacerlo. «Estamos a punto de reformar el local y vamos a instalar cámaras de vigilancia», añadie la dueña.

Estos ladrones a sólo unos metros del supermercado en el que suelen robar. «A muchos les reconocemos de verlos por la calle», explica C.G. a quien estos asaltantes han amenazado e insultado fuera de su puesto de trabajo. La empleada explica que los ladrones planean al detalle sus ataques, porque «entran en grupo y aunque parece que son los chicos quienes cogen la mercancía, en realidad son las chicas las que roban». Luego «se interponen en nuestro camino cuando salimos detrás de ellos», relata la dependienta del supermercado.

Sin embargo, los propietarios y dependientes de esta tienda no son los únicos que se sienten molestos con la presencia de estos «malos vecinos», ya que estos jóvenes han ocupado varios edificios de viviendas abandonados en los alrededores de la Plaza de los Belgas de la localidad. «Llevan todo el verano en un edificio de la calle Trinidad y nos tienen a todos de los nervios», declara Pilar, una señora que lleva viviendo más de 12 años en Villalba. La suciedad y el escándalo han protagonizado las calurosas noches del verano, ya que estos okupas se han ubicado junto a su bloque de pisos, abandonado por la inmobiliaria cuando quebró, según ha podido saber LA RAZÓN. Estos «indeseables inquilinos» han destrozado las instalaciones y, como no tienen ni agua ni luz, han intentado conseguirla de las instalaciones públicas. Además, al no tener medios para asearse, hacen sus necesidades en bolsas de plástico que luego tiran a los jardines de los vecinos, según el relato de J. R., que prefiere no desvelar su nombre por posibles represalias.

Estos okupas, mayoritariamente de origen latino, han tomado recientemente otro bloque de pisos abandonado, en la calle Madrid, dentro del mismo municipio. «Este edificio llevaba abandonado hace muchos años y nosotros necesitamos un lugar donde vivir y ahora estamos aquí», sentencia uno de los miembros de este colectivo.

Los vecinos rechazan la okupación. La mayoría calla porque no quiere problemas y añade que «son gente peligrosa». Muchos de los vecinos se esconden, para hablar sobre ellos. «Por respeto a mis familiares, prefiero no responder. Mi madre está muy nerviosa con la presencia de esta gente», señala A.M.

La desesperación se apodera de los vecinos de Collado Villalba que conviven con estos jóvenes, por lo general no superan los 25 años, y dedican todo su tiempo a «escuchar música a todo volumen y beber» a altas horas de la noche.

El conflicto

Así son los «indeseables vecinos»

La mayoría de los «okupas» instalados en el número 6 de la calle Madrid de Villalba no supera los 25 años y mayoritariamente son latinos. Además de robar habitualmente en uno de los supermercados de la zona, han tomado varios edificios ubicados en las inmediaciones de la Plaza de los Belgas del municipio. Como no disponen de agua ni luz en «sus hogares» han intentado en varias ocasiones «engancharse» a los suministros públicos. Los vecinos se quejan de sus fiestas nocturnas y de que se cuelan en las urbanizaciones cercanas saltando las vallas para bañarse en las piscinas. En estas urbanizaciones aseguran además que se han encontrados varias bolsas con excrementos en sus puertas.