Infraestructuras

Carmena encarece en otros 80.000 euros los pisos del antiguo Taller de Artillería

La cooperativa de Raimundo Fernández Villaverde denuncia que esta nueva exigencia pone en peligro todo el proyecto: «El Ayuntamiento está jugando a ahogarnos».

Vista del solar del antiguo Taller de Artillería, donde están proyectadas las viviendas de la cooperativa Residencial Maravillas
Vista del solar del antiguo Taller de Artillería, donde están proyectadas las viviendas de la cooperativa Residencial Maravillaslarazon

La cooperativa de Raimundo Fernández Villaverde denuncia que esta nueva exigencia pone en peligro todo el proyecto: «El Ayuntamiento está jugando a ahogarnos».

Los ahorros de toda una vida de más de 300 familias madrileñas están en peligro. Los miembros de la cooperativa Residencial Maravillas, dueños de la parcela del antiguo Taller de Artillería de la calle Raimundo Fernández Villaverde, denuncian más trabas por parte del Ayuntamiento que dirige Manuela Carmena para sacar adelante sus futuras viviendas. La última de ellas puede poner en peligro la continuidad de una iniciativa que lleva en marcha tres años. Según los representantes de la cooperativa, la última «maniobra» del Consistorio ha sido variar a última hora los criterios de tasación de las redes locales sin comunicarles las razones. ¿El resultado? Un nuevo encarecimiento de 27 millones de euros en la monetización de la parte del terreno destinada al uso dotacional, que se traduce en un aumento de la inversión en 80.000 euros por familia.

Según la normativa vigente, por cada 30.000 metros cuadrados de terreno, los promotores deben ceder 10.000 para equipamientos públicos al consistorio. El proyecto de Raimundo Fernández Villaverde sólo abarca 14.000 metros cuadrados, por lo que no alcanza la superficie mínima. En este supuesto, la cesión de terreno se cambia por el pago de su equivalente en dinero, una cifra que hasta ahora ascendía a 14 millones y que el Ayuntamiento ha tasado recientemente un 192% por encima, hasta pedirles un total de 41 millones, a pesar de que Juan Andrés García, portavoz de la cooperativa, recuerda que la asociación ya cedió 1.250 metros cuadrados para la construcción de una guardería que no estaba contemplada en el proyecto.

«El Ayuntamiento está jugando a ahogarnos porque el tiempo va en nuestra contra y no tenemos la capacidad financiera de los grandes grupos con los que les gusta hacer negocios. No sé si están esperando a que nos veamos obligados a vender la parcela para que alguien pegue un “pelotazo” con su beneplácito», denuncia García. Y es que, según insisten los cooperativistas, detrás de las trabas y encarecimientos a su proyecto hay una cuestión política que ha levantado ampollas no sólo entre los concejales del Gobierno municipal, también en el PSOE, su socio. Hay que recordar que seis de los 20 ediles de Ahora Madrid votaron en contra del proyecto en el Pleno municipal del 27 de noviembre de 2016, al igual que el PSOE al completo. Hasta tal punto llegó la disputa que representantes de ambos grupos se plantaron frente a las excavadoras cuando las máquinas acudieron a derrumbar el antiguo Taller de Artillería sobre el que se construirán las viviendas.

Las zancadillas

Residencial Maravillas denuncia que la tramitación del convenio de gestión ya acumula siete meses de retraso; una demora que achacan a los tres años de «zancadillas» por parte del Gobierno de Carmena y que son un problema para las familias que lo integran. A la contribución al fondo de la cooperativa –1.500 euros mensuales–, los cooperativistas están pagando hipotecas o alquileres de las viviendas en las que viven hasta que obtengan la de Raimundo Fernández Villaverde, por lo que cada mes de retraso supone un desembolso extra que no pudieron prever en 2014, cuando consiguieron el terreno en la subasta pública que hizo el Ministerio de Defensa y el «ok» inicial del Gobierno de Ana Botella.

Por esto, denuncian que este nuevo revés puede acabar con las ilusiones de muchos de ellos. El problema está en que el cálculo inicial del pago de las redes locales se llevó a cabo valorando el metro cuadrado como uso dotacional, y en la última revisión se ha hecho aplicando el coeficiente residencial, que es más caro. Así, mientras que en un principio la monetización de la tasa se cifró en 13,9 millones de euros, el Ayuntamiento exige ahora el pago de 41 millones. «Nosotros somos los primeros que queremos conocer los criterios que han seguido para hacer ese cambio», subraya David Alcantarilla, representante de la gestora del proyecto. Al parecer, el cambio de criterio vino motivado por la presentación de alegaciones por parte de un arquitecto particular que, según los cooperativistas presentó la instancia de manera irregular: «El texto no está firmado ni consta la fecha de entrada en el registro municipal», afirman. Estas alegaciones hicieron que se revisara el pago por los usos dotacionales que hasta ahora no habían sido puestos en duda. La cooperativa había encargado tres informes, dos de ellos firmados por catedráticos de la Autónoma y la Politécnica de Madrid, que daban fe de la validez de los criterios de monetización en base al uso dotacional del terreno. Tras las alegaciones el Ayuntamiento encargó un nuevo informe que lleva la firma de la Carlos III y que es el que encarece en 27 millones el pago. Ahora, Residencial Maravillas tiene que decidir si puede asumir el pago, y tiene diez días para responder al requerimiento. «En caso de no aceptar, habría una paralización absoluta del proceso», lamenta Alcantarilla. Si la cooperativa decide pagar esa cantidad extra de 27 millones de euros, se empezaría a tramitar la licencia de obra, un proceso que en condiciones normales no debería exceder los tres meses. Por el momento, el desembolso medio de cada familia ha sido de más de 200.000 euros.

García también recuerda que los cooperativistas ya han cedido a algunas exigencias que el Consistorio impuso con el criterio del «porque lo digo yo». Aunque contaban con el apoyo de los técnicos, la cooperativa ya tuvo que renunciar a 460 de las 1450 plazas de garaje previstas «a pesar de que hay un déficit de seis mil aparcamientos en la zona», sostiene David Alcantarilla.