«Crowdfunding» para los relieves de la Magistral

La reconocida Catedral Magistral de Alcalá de Henares necesita ayuda para recuperar dos relieves desaparecidos del sepulcro del Arzobispo Alonso Carrillo de Acuña.

La reconocida Catedral Magistral de Alcalá de Henares necesita ayuda para recuperar dos relieves desaparecidos del sepulcro del Arzobispo Alonso Carrillo de Acuña. Para conseguirlo, el obispado de Alcalá de Henares, junto a la Asociación Española para la Defensa del Patrimonio Cultural y Natural «Hispania Nostra» –a través de la plataforma «Todos a una»– ha propuesto una inusual iniciativa de micromecenazgo que pretende recuperar estas dos joyas creadas en pleno siglo XV. Hasta ayer la recaudación era de 6.058 euros, por lo que están a pocos pasos de conseguirlo, ya que el dinero necesario asciende hasta los 10.645 euros.

A las esculturas se les perdió la pista en 1936, a comienzos de la Guerra Civil, cuando desafortunadamente la Catedral Magistral fue incendiada. En el año 1997, el Instituto del Patrimonio Cultural de España procedió a la limpieza y a la consolidación del sepulcro del Arzobispo Alonso Carrillo y, en ese mismo momento, fue cuando cundió el pánico al percatarse de que la escultura tardo-gótica española no estaba del todo completa. La cara y el torso del arzobispo, un escudo y dos de los relieves representativos de las virtudes cardinales que constituían los cuatro lados del sepulcro estaban totalmente desaparecidos.

Por suerte, hace poco la fe de los arzobispos de esta catedral, depositada en la recuperación de estas reliquias, dio sus frutos. La Prudencia, uno de los relieves extraviados desde hace más de 70 años y situado en el costado izquierdo del sepulcro, apareció inesperadamente expuesto en el Museo de la Fundación Arrese en Corella, Navarra. En este caso, su recuperación no ha sido todo un desafío para la Magistral ya que, tras contactar con los actuales responsables de esta fundación, la Prudencia volverá a casa sana y salva a cambio de que el Museo de Arrese pueda cubrir el hueco que quedaría vacío en el museo tras perder la escultura, con una réplica de la pieza original.

Sin embargo, el otro relieve desaparecido, denominada Templanza y situada en la cabecera del sepulcro, es la que está levantando grandes dolores de cabeza a todo el obispado de Alcalá de Henares. Y es que, al contrario que la Prudencia, esta escultura fue encontrada a miles de kilómetros de Madrid, nada más y nada menos, que en Londres, en la galería de arte Sam Fogg. La pieza, creada en alabastro por el reconocido artista Sebastián de Toledo, estaba a punto de ser subastada en esta galería, cuando la Guardia Civil junto con la ayuda de la mismísima Interpol, e impidieron que esta obra de arte cayera en manos de algún otro desconocido.

Eso si, que esta pieza original vuelva a Madrid, a su lugar de nacimiento, tiene un precio y bastante alto. Y es que, su compra y envío ronda la escalofriante cifra de 30.000 euros. De estos 30.000 euros, el obispado de Alcalá de Henares, se encargará de hacer frente al pago de la mitad del presupuesto pedido, sin embargo, para el resto necesitará contar con mucha ayuda.

Por ello, la parte restante de esta cantidad, 10.645 euros, está en manos los ciudadanos que quieran colaborar con esta iniciativa de micromecenazgo. A través de la web www.hispananostra.org, todo el que lo desee podrá aportar su pequeño granito de arena para que el sepulcro, poco a poco, vuelva a estar completo.

Colaborar con la reconstrucción de una parte tan importante de la Catedral Magistral de Alcalá de Henares también tiene su recompensa. Por eso, donando de 50 a 100 euros, se puede conseguir el acceso gratuito durante todo un año a la Torre, Claustro y Museo de la Catedral. Igualmente, aportando de 100 a 1.000 euros tendrá la gran oportunidad de llevarse a su propia casa una lámina con la reproducción del grabado del sepulcro realizado en 1861 por los artistas Aznar y Stüller. Y, por último, los que tengan la posibilidad de donar más de 1.000 euros, podrán ver cómo su nombre quedará grabado para siempre en una placa situada justo al lado del sepulcro del Arzobispo Carrillo de Acuña.