Transporte

El Ayuntamiento quiere poner límite a los parkings que rodean la M-30

Dará prioridad a los vehículos con varios ocupantes en las zonas más saturadas

Carabanchel, Hortaleza y Fuencarral lucharon durante años contra los parquímetros que regulaban el estacionamiento
Carabanchel, Hortaleza y Fuencarral lucharon durante años contra los parquímetros que regulaban el estacionamientolarazon

Dará prioridad a los vehículos con varios ocupantes en las zonas más saturadas

El control del aparcamiento en los distritos periféricos –fuera de la M-30– está sobre la mesa desde que Alberto Ruiz-Gallardón puso en marcha el Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) en los cascos históricos de Fuencarral, Carabanchel y Hortaleza, pese a que su sucesora, Ana Botella, retiró los parquímetros de estos barrios hace dos años. Por eso, cuando el pasado verano la consejera técnica del Área de Medio Ambiente y Movilidad, Elena Barahona, comentó durante un curso en la Universidad Menéndez Pelayo que el Ayuntamiento de Madrid está estudiando ampliar el SER hasta medianoche y durante los fines de semana, la titular del área, Inés Sabanés, corrió a desmentirlo.

Entonces, la delegada de Medio Ambiente aclaró que el consistorio estaba valorando controlar de alguna manera las zonas de aparcamiento más conflictivas en los distritos del exterior de la M-30, precisamente en las zonas que lindan con la vía de circunvalación y, por tanto, con los barrios con parquímetros. Una propuesta que ayer presentó junto a otra decena de medidas dentro del proyecto europeo de movilidad Civitas-Eccentric, como «gestión innovadora del aparcamiento con criterios de ocupación y energéticos».

Se trata de controlar mediante barreras las zonas de aparcamiento en los puntos más saturados por vehículos en los barrios limítrofes con la M-30, en lugares de alta afluencia de coches, como universidades, hospitales, centros de salud, ciudades tecnológicas e, incluso, centros comerciales. Lo que pretende el Ayuntamiento de Madrid es acotar ciertos espacios de estacionamiento mediante barreras, de forma que sólo puedan acceder los vehículos de alta ocupación (VAO), como ocurre con el carril bus-vao de la A-6. «Los que lleven tres o más ocupantes accederán al aparcamiento y los que no, no podrán hacerlo», detallaron a modo de ejemplo, puesto que aún no se ha especificado la ocupación mínima exigida, desde el área de Movilidad.

Eso sí, no costará un euro a quienes quieran aparcar en estas zonas. «No es un criterio de regulación monetario sino de alta ocupación de vehículos y sin parquímetros ni nada que se le parezca», insistieron. Es más, tal y como se indica en el título de la medida, también se tendrán en cuenta los criterios energéticos –para favorecer a vehículos eléctricos e híbridos–, a la hora de permitir el acceso a estos aparcamientos. La medida cuenta con un presupuesto de 170.937 euros, más 112.000 euros en equipamientos.

El Ayuntamiento de Madrid participa con otras diez propuestas en el proyecto europeo Civitas-Eccentric que, con un presupuesto de 17,5 millones de euros, arrancó el pasado de 1 de septiembre y tiene como objetivo plantear soluciones innovadoras de movilidad sostenible en áreas periféricas de las ciudades, así como lograr una distribución urbana de mercancías de bajas emisiones en el centro. Así, entre las medidas que pondrá en marcha el consistorio madrileño en los próximos cuatro años –con una dotación de 4,9 millones– estará la creación de una app de información y servicios de movilidad multimodal y crear proyectos de participación para analizar la seguridad vial en los distritos.

También hay una fuerte apuesta por los vehículos eléctricos, con el impulso de los autobuses híbridos y eléctricos en el transporte público de las zonas periféricas; poner en marcha incentivos, campañas y test para implantar vehículos eléctricos en la ciudad; crear un centro de consolidación y regulación para implantar vehículos de carga eléctricos y limpios; así como crear un prototipo de vehículo de carga de emisiones ultra-low o hasta un carril-bus específico que cargue en las cabeceras a los autobuses eléctricos mediante tecnología de inducción.

Las propuestas del consistorio madrileño también tienen en cuenta la movilidad peatonal, con búsquedas de espacios públicos para ir a pie en las zonas periféricas, y facilitar el uso de las bicicletas en estos barrios, cuestión que se podrá implementar gracias a la reciente asunción del servicio de alquiler de bicicletas públicas BiciMad, por parte de la Empresa Municipal de Transportes.