Política

Elecciones europeas

Gómez desaparece en el día de tomar responsabilidades

El PSM quedó cuatro puntos por debajo del partido a nivel nacional. Su líder acumula su quinta derrota

La Razón
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No fue el de ayer un día fácil para los líderes del Partido Socialista de Madrid. La federación liderada por Tomás Gómez había cosechado el domingo en las urnas uno de los peores resultados del partido en toda España. Con el 18,94% de los apoyos, sólo superaba los datos de sus compañeros navarros, vascos y catalanes, y quedaba cuatro puntos por debajo de la media nacional del PSOE. La carrera electoral que el PSOE inició hace dos semanas con un acto precisamente en Madrid, en el distrito de Villaverde, tenía un desenlace fatal para los socialistas de la región.

Con estos datos sobre la mesa, Gómez eludió ayer cualquier tipo de aparición pública. Ningún acto programado en su agenda. Su silencio contrastaba, por ejemplo, con la actitud de los otros señalados por la debacle en las urnas. Alfredo Pérez Rubalcaba confirmaba su decisión de abandonar la dirección nacional y anunciaba la convocatoria de un congreso para el mes de julio; el líder de los socialistas catalanes, Pere Navarro, comparecía para subrayar su decisión de seguir, aunque convocó un consell para «promover cambios»; el secretario general del Partido Socialista de Navarra, Roberto Jiménez, salía también al paso para anunciar primarias y un congreso extraordinario para este año en el que, aseguró, no se presentará; mientras que el líder de los socialistas vascos, Patxi López, también realizaba una llamada a la autocrítica: «Tenemos que adoptar decisiones, tenemos que cambiarnos», aunque el discurso de este último estuviera más enfocado al debate nacional que a lo sucedido en su comunidad autónoma.

El primer reto electoral de Tomás Gómez como secretario general del Partido fue el de las elecciones generales de 2008. Zapatero revalidó entonces la victoria de 2004. El PSM logró entonces un 39,68% de los votos, con más de 1.400.000 sufragios. Desde ese momento, la sangría ha sido imparable. En las europeas de 2009, el respaldo a su lista cayó al 35,61%. Dos años después, la cita electoral fue doble: en las autonómicas de mayo, el PSM se hacía con un 26,23% y en las generales de noviembre, con un 26,03%. Tres años después, el partido se deja otros ocho puntos, hasta quedarse con el 18,94% obtenido el domingo. El balance global deja en entredicho su liderazgo: desde que se hizo con las riendas del partido, siete años y cinco elecciones después, el Partido Socialista de Madrid ha experimentado un retroceso cercano a los 20 puntos.

Además de no haber logrado acercarse en intención del PP, los socialistas madrileños han visto en este tiempo cómo se aproxima el resto de formaciones. El colofón a este proceso de pérdida de apoyo se produjo el domingo: por primera vez, tres partidos –Podemos, Izquierda Unida y Ciudadanos– pueden presumir de tener la mitad de votos que los socialistas. Una eventual coalición entre Podemos e Izquierda Unida –y siempre teniendo como base el resultado de este domingo– relegaría a la formación de Gómez al papel de tercera fuerza política: frente a los 419.022 votos del PSM, la suma de Podemos e IU asciende hasta los 482.051.

Algunas buenas noticias

Dentro de este contexto de malas noticias para el PSM, la noche electoral sí deparó algunos datos esperanzadores en algunos municipios. Se mantuvo como primera fuerza política en algunos de los municipios del histórico «cinturón rojo» como Leganés, Fuenlabrada , Getafe y Parla –municipio del que fue alcalde Gómez–, y de repetirse los datos de las europeas, los socialistas estarían en condiciones de disputar al Partido Popular algunos municipios del Corredor del Henares, siendo el partido más votado en Coslada y San Fernando de Henares y en algunos del norte, como San Sebastián de los Reyes o Alcobendas, en los que se agarra a la segunda posición.

El tuit

@AntonioMiguelC

Necesitamos nuevos mimbres para hacer nuevos cestos

Desde primera hora de la mañana, el tertuliano más conocido del PSM ya hablaba de la renovación necesaria en su partido. No en vano, en la región se han logrado peores resultados que los que obtuvo el actual secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez. Quizás tan sólo hablaba de Ferraz, pero lo cierto es que el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, Jaime Lissavetzky, siempre ha tenido en Alfredo Pérez Rubalcaba su principal apoyo y Carmona ya ronda por el Palacio de Cibeles.