Endesa

Guerra de «batas blancas»

Las asociaciones y sindicatos sanitarios, divididos ante la inminente vuelta a las calles. Mientras unos rivalizan por ser los primeros en convocar huelgas otros apuestan por la negociación

Imagen de archivo de la última protesta sanitaria
Imagen de archivo de la última protesta sanitarialarazon

Los últimos acontecimientos relacionados con la Sanidad madrileña han vuelto a despertar a las «batas blancas». Desde que el pasado 28 de diciembre el ala más radical de los sanitarios, la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (Afem), desconvocara la huelga indefinida que había mantenido durante cinco semanas, la también llamada «marea blanca» había quedado en estado durmiente, hasta esta semana.

Los anuncios de recursos al euro por receta (una medida del Gobierno regional que afecta al paciente y que sin embargo los sindicatos no reclaman) por parte de PSOE y del Gobierno central han vuelto a despertar a la «bestia». Sin embargo, esta vez, vuelve mucho más dividida de lo que se fue en Navidad.

Un bando, en solitario, lo conforma la Afem, los más radicales, dispuestos a retomar la huelga indefinida. Por su parte, la mesa sectorial de Sanidad– que integran CC OO, UGT, CSIT-UP, Satse, Amyts y USAE– se encuentra dividida en dos grupos; uno más «pro-diálogo» y el otro enfrascado en una auténtica carrera contra la Afem por liderar la nueva ofensiva.

La ruptura de la Mesa Sectorial se produjo este jueves, cuando los sindicatos de médicos y enfermeros, Amyts y Satse, rompieron el clima de diálogo que reinaba tras la última reunión de la Mesa y anunciaron apresuradamente nuevas movilizaciones. No dieron fecha de inicio, únicamente señalaron que empezarían a finales de mes, ni concretaron de qué tipo de protestas se tratará. Eso sí, no descartaron llamar a la huelga a sus afiliados. A éstos se unió ayer el Sindicato de Auxiliares de Enfermería (USAE).

El objetivo de los sindicatos profesionales no era otro que adelantarse a la asamblea que la Afem había convocado para ese mismo jueves por la tarde para concretar y liderar nuevas movilizaciones. Esta asociación de corte sindical, que aunque no tiene presencia en la Mesa ha adquirido un gran portagonismo en la huelga, también anunció «sus» paros: llamará a los médicos un día a la semana a la huelga; pero tampoco pudo concretar fecha de inicio ni día elegido para estos paros indefinidos.

Por otro lado, la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme) y la Organización Médica Colegial (OCM) han abierto su propio frente y se han propuesto liderar una manifestación conjunta bajo el lema «En defensa de nuestro Sistema Nacional de Salud», que se celebrará el 23 de febrero.

Pero ésta no es la única marcha propuesta. Este domingo los sindicatos de la Mesa Sectorial se han unido para convocar de manera conjunta una nueva manifestación «en defensa de la Sanidad pública madrileña» que irá desde la Plaza de Colón hasta el Ministerio de Sanidad. Sin embargo, el consenso sindical sólo se da en este punto, en el de la marcha, ya que mientras que los sindicatos de médicos y enfermeros están ya apostanto por las huelgas, el resto de centrales siguen mostrándose más dispuestas al diálogo.

De hecho, este martes se retomarán las negociaciones en una nueva reunión entre los sindicatos de la Mesa y la Consejería de Sanidad. De hecho, en la última reunión, celebrada el pasado miércoles, todas las partes calificaron el encuentro de «fructífero» y celebraron la mejora de la disposición de los «contrarios» para llegar a un acuerdo.

Ésta era la primera reunión desde que el pasado día 28 de diciembre se desconvocara la huelga indefinida de Sanidad de noviembre y diciembre, protagonizaba de la Afem, y que, según datos de la Consejería de Sanidad, se saldó con 6.471 intervenciones quirúrgicas suspendidas y casi 50.000 consultas menos de las que se habrían atendido con actividad normal. Como consecuencia de los paros, según estos mismos datos, las altas hospitalarias descendieron un 43 por ciento respecto (15.460 altas por debajo de lo normal) a las cifras que se habrían registrado sin huelga.

Con respecto a las urgencias atendidas, un total de 112.611, la Consejería dice que es una cifra similar a la actividad normal. En cuanto a la suspensión de cirugías, la mayor incidencia se produjo el primer día de huelga, el 26 de noviembre, cuando fueron suspendidas 701 intervenciones en los hospitales madrileños. Sólo ese día, dice Sanidad, fueron suspendidas 92 cirugías en el Hospital Clínico San Carlos y 36 en el Infanta Leonor.

LA LEY DE INCOMPATIBILIDADES Y EL DOBLE RASERO DE LA IZQUIERDA

Ayer salió a la luz que el ex consejero de Sanidad, Juan José Güemes, es consejero de la empresa que se hará cargo de los análisis clínicos de los hospitales de la Comunidad; un dato, conocido desde el mes de agosto, cuando Güemes entró en esta sociedad, pero que ayer fue utilizado por PSOE e IU para cargar contra el Plan de Garantías del Sistema Sanitario aprobado para este año.

Desde la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, hasta los líderes regionales de PSOE e IU de Madrid, Tomás Gómez y Eddy Sánchez, respectivamente, criticaron que el ex consejero, en cumplimiento con la Ley de Incompatibilidades, entrara a fomar parte de una empresa del sector sanitario. La Ley de Incompatibilidades establece que durante los dos años siguientes a la fecha de cese los altos cargos no podrán desempeñar sus servicios en empresas o sociedades privadas relacionadas directamente con las competencias del cargo desempeñado. Sin embargo, a partir de los dos años la libertad es total. Un periodo que respetó Güemes, que salió del Gobierno regional en 2010.

Por este motivo, el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty, y el portavoz del Gobierno regional, Salvador Victoria, reprocharon ayer al PSOE su «cinismo» e «hipocresía» porque existen múltiples ejemplos de socialistas que fueron contratados por empresas privadas a las que antes habían favorecido, «incluso después de una privatización». Se refirieron a los dos últimos ministros de Economía, Pedro Solbes y Elena Salgado, que están en el consejo de la empresa italiana Enel después de haber ayudado a la venta de Endesa a esta compañía.