Comunidad de Madrid
Hallan descuartizado en un olivar de Parla a un «bolero»
El tronco y parte de las vísceras rajadas. Así se encontraron los investigadores de ayer la parte del cuerpo más importante a la hora de practicar una autopsia. Aunque serán los forenses del Anatómico quienes deban determinar la causa de la muerte, los primeros indicios apuntan a que el cadáver descuartizado hallado ayer en una zona boscosa de Parla correspondería a un «bolero», según fuentes cercanas a la investigación. Todo hace indicar que una de las bolas de cocaína que se habría tragado le habría estallado y su organismo no sobrevivió muchas horas. La gente para la que «trabajaba» le habría rajado el estómago e intestinos para recuperar parte de la mercancía y se habrían intentado deshacer del cuerpo de una forma no muy discreta. Es la principal hipótesis con la que trabaja la Policía con respecto al suceso de la tarde de ayer.
Si este año había transcurrido especialmente tranquilo en la región en cuanto a muertes violentas, en las últimas semanas se han producido los sucesos más macabros. El caso de la desaparición de una mujer argentina de Majadahonda y la posterior detención de su presunto asesino y descuartizador sobrecogió a la sociedad pero ayer la dantesca imagen de un cadáver troceado se volvió a repetir. Esta vez, la escena del hallazgo, que no del crimen –según las primeras pesquisas–, está en un olivar que se encuentra muy cerca del parque de Bomberos de la localidad, en la carretera que va de Parla a Pinto.
El fortuito hallazgo se produjo sobre las 15:00 horas por parte de un señor que paseaba con su perro. El hombre, quizás seguido por el rastro del animal, se topó con dos bolsas y, al abrir una de ellas, se encontró una pierna humana. Asustado, se acercó hasta la zona habitada más próxima: el Parque de Bomberos. Relató a los agentes lo que se había encontrado y los funcionarios acudieron a custodiar la zona hasta la llegada de la Policía. Desde aquí dieron el aviso al Centro de Coordinación de Bomberos de la Comunidad de Madrid y éstos, a su vez, a la Policía Nacional. El dispositivo policial que se montó en el lugar fue el habitual de un crimen. Además de la Policía Local de Parla, que acordonó la zona que ya habían vigilado los bomberos, fueron agentes del Grupo VI de Homicidios –de la Brigada Provincial de Policía Judicial– y de la Brigada Provincial de Policía Científica. Los agentes inspeccionaron a fondo la zona y las bolsas encontradas. Eran negras, de tipo deportivo, y en su interior contenían bolsas de plástico normales con los restos humanos, según fuentes policiales.
Se trata de partes descuartizadas de un cadáver que correspondería a un hombre adulto y de raza blanca. Por la apariencia del cuerpo, no debía llevar muchas horas abandonado, según destacaron las mismas fuentes. Tras la llegada de la comisión judicial al lugar de los hechos, se autorizó el levantamiento del cadáver y los restos fueros trasladados al Instituto Anatómico Forense para su análisis. Por su parte, los agentes de la Policía Científica estuvieron realizando la pertinente inspección ocular en el lugar y tomando distintas muestras. Entre otras, estuvieron analizando las marcas de la rueda de un coche que había pasado por el lugar por si pudiera servir para localizar o descartar en la identificación del autor del macabro crimen.
Por otra parte, el trabajo que se realizará hoy en el Anatómico podría ser relativamente sencillo si se confirma que el hombre murió por sobredosis. Después de este trabajo se le practicará la necroreseña (toma de huella dactilar) para tratar de identificarle. Este trabajo corresponde a Científica mientras que Policía Judicial deberá investigar para dar con los autores del descuartizamiento.
Ricardo Magaz, experto criminólogo, explicó ayer que esta forma criminal responde a un «odio añadido» al que ya de por sí se da en un asesinato, a un trastorno mental o, simplemente, a una cuestión «práctica» a la hora de deshacerse de un cadáver.
Esta última podría ser la que más encaja con este caso, de confirmarse las primeras hipótesis. Aún así, el experto cree que el hecho de dejar las bolsas en una zona relativamente fácil de encontrar «sugiere un acto irreflexivo» para tratar de quitarlo de la vista cuanto antes.
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