Flamenco

José, de apellido, Del Tomate

El hijo de Tomatito presenta su disco de debut, «Plaza Vieja», en el Teatro Real.

José del Tomate es la cuarta generación que mantiene el nombre en el flamenco
José del Tomate es la cuarta generación que mantiene el nombre en el flamencolarazon

El hijo de Tomatito presenta su disco de debut, «Plaza Vieja», en el Teatro Real.

La cosa va más allá de lo «de casta le viene al galgo». «Viene de mi bisabuelo, Miguel del Tomate; luego estaba mi abuelo, Pepe El Tomate y mi padre, Tomatito y yo... pues el hijo del Tomate», dice sonriendo José, la cuarta generación de tocaores de Almería. De tal palo, tal astilla, será. «Mi sueño era grabar un disco. Siempre he querido tocar y que me escuchen y que le guste a la gente, pero no iba a hacerlo hasta que mi padre me dijera: ''adelante''. Para mí su opinión es muy importante», dice José de la publicación de «Plaza Vieja», su disco de debut, que presenta el próximo 30 de julio en el marco del Universal Music Festival que se celebra en el Teatro Real de Madrid.

En los últimos años, José ya ejerce de segunda guitarra de su padre en las giras. Pero dar el paso de grabar un disco puede dar vértigo. «Nunca hubo un plan ni una fecha ni nada. En casa tenemos un estudio y yo he ido grabando algunas cosillas, cogiendo ideas, montando partes con su ayuda», explica. Sin embargo, la palabra de su padre es ley. «Un consejo suyo lo cambia todo. Mi padre es mi ídolo, y a la relación de admiración de todo hijo hay que añadir el vínculo profesional que nos une. pasamos muchas horas juntos y cuando estamos en el ámbito profesional no cabe la familia, es otra cosa». Tomatito no parece mal jefe. «No. Es estricto, como debe ser. Profesional».

En casa Tomate la guitarra suena siempre de fondo. «Cada uno se levanta y agarra la suya y se pone a estudiar, a intentar sacar cosas. Él me enseña una falseta o yo lo que tenga. Estamos todo el día así, nos alimentamos», explica el debutante, que admite el peso del linaje. «Para mí es un privilegio. Profesionalmente claro que pesa, porque tienes detrás al Niño Miguel y a mi padre... Y claro, piensas que lo que hagas, hazlo bien. Tienes esa cosita de que, si no está bien, prefiero no hacerlo». Es difícil estar a la altura. «Mira, si no a la altura, al menos dejar en buen lugar el nombre de la familia. Yo soy realista y llego a entender la calidad musical de mi padre y la dinastía que está detrás. Y veo que en lo que he hecho está el sello. Mejor o peor, pero está. Pensaba que podíamos hacerlo, y además él ha sido productor del álbum y ha estado dirigiendo, así que, si él dice que es bueno, es que lo es». A él está dedicado el disco completo y también una canción en especial. También hay otra para Camarón. «Es que no se puede cantar mejor que él. Yo lloro cuando le oigo en ''Potro de rabia y miel''. Le escucho por fandangos o por bulerías y ''Arte y majestad'' no te pude llenar más el alma». En el libreto, José del Tomate posa con su funda de guitarra, completamente forrada de pegatinas del de San Fernando. «Está él y Paco de Lucía y ya está. Paco llevó la guitarra a otra parte porque, hasta que llegó él, los guitarristas sólo acompañaban. Él fue la revolución de poner las dos cosas a la misma altura», explica. En la Plaza Vieja de Almería, la del Ayuntamiento, es donde José del Tomate le vio tocar una vez. «Y vi a Morente también. Nunca me olvidaré», cuenta. Allí fue tomando forma un sueño y una vez él mismo se subió al escenario en esa plaza. «Allí están mis recuerdos».