Víctimas del Terrorismo

La asociación de Rita Maestre celebra la liberación de Otegi

Contrapoder, fundada por Iglesias y Errejón, exhibió en el campus de Somosaguas una pancarta de bienvenida al ex dirigente batasuno

La asociación ha colgado su cartel de apoyo a Otegi en la facultad de Ciencias Políticas de la Complutense
La asociación ha colgado su cartel de apoyo a Otegi en la facultad de Ciencias Políticas de la Complutenselarazon

Contrapoder, fundada por Iglesias y Errejón, exhibió en el campus de Somosaguas una pancarta de bienvenida al ex dirigente batasuno

Una vez más, la Universidad Complutense de Madrid, en concreto el conflictivo campus de Somosaguas, se convierte en escenario de reivindicaciones pro-etarras. Y de nuevo es la asociación Contrapoder creada por los ahora líderes de Podemos, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, quien firma una pancarta en la que se congratulan de la salida de la cárcel del ex dirigente batasuno Arnaldo Otegui, a quien el líder de la formación morada calificó de «preso político», que colgaron el pasado martes en la facultad de Ciencias Políticas.

Tal y como difundió la asociación a través de las redes sociales, un gran cartel daba la bienvenida en vascuence a Otegi y lanzaba un viva a «la lucha de los pueblos». Igualmente, en la cuenta de Facebook de Contrapoder se calificaba de «prisión injusta» la condena cumplida por Otegi por pertenencia a banda terrorista y se consideraba que ésta «ha servido para trabar el proceso de pacificación e intentar en vano frenar la lucha por el reconocimiento y el respeto de los derechos de Euskal Herria».

Se trata de, al menos, la cuarta vez que la asociación firma reconocimientos a destacados terroristas desplegados en los muros de la facultad de Ciencias Políticas. En 2009, colgaron un cartel en defensa del miembro de ETA Iñaqui de Juana Chaos, al que consideraron «preso por escribir» y para quien reclamaban libertad de expresión y una solución dialogada al conflicto vasco. Dos años después, el apoyo fue para el etarra Troitiño cuando se le buscaba para ser extraditado en cumplimiento de la Doctrina Parot. En la pancarta señalaban que un «militante vasco» estaba siendo perseguido tras pasar 24 años en prisión y apuntaban a que su futuro era ser «arrestado, incomunicado, torturado y posteriormente encerrado seis años más». En aquella ocasión, la trascendencia mediática de la campaña forzó a las autoridades de la Universidad Complutense a ordenar la retirada del cartel, aunque la justificación fue que tan sólo admitían la libertad de expresión si estaba respaldada por un particular o un colectivo y la pancarta no aparecía firmada por Contrapoder, sino sólo por una estrella que suele acompañar al nombre de la asociación en sus reivindicaciones.

El «polvorín» universitario

Ese mismo año tuvo lugar el asalto a la capilla de la Universidad protagonizado entre otros por la actual portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, que declaró hace unas semanas ante el Juzgado por este hecho acusada de un delito contra la libertad religiosa y coacciones, denunciada por Manos Limpias junto a otros seis participantes. Maestre también formó parte de Contrapoder junto con Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, que también participaron en otras reivindicaciones violentas como el boicot a las conferencias de la diputada de UPyD Rosa Díez y del ex ministro Josep Piqué en la Complutense.

Apenas un año después, varios estudiantes de Ciencias Políticas protagonizaron un acto contra el recientemente fallecido Manuel Fraga al que señalaban como «responsable del asesinato de trabajadores». Un evento que protagonizó un amplio reportaje de Tele-K, la televisión de Pablo Iglesias, con el colorario «ni perdonamos, ni olvidamos», en el que se negaban los éxitos de la Transición y reivindicaban que se recordase a Fraga como un «represor» e insistían en que luchaban por llevar sus «crímenes» ante la Justicia.

La última vez que trascendió una pancarta en apoyo a las organizaciones del entorno de ETA fue en 2013, cuando Contrapoder criticó una acción policial contra ETA y su entorno que se saldó con 18 detenidos pertenecientes a Herrira, un colectivo a favor de los derechos de los presos etarras. Así, desplegaron un cartel en el que señalaban que los «torturadores franquistas» y los ladrones quedaban libres e impunes mientras que se detenía a los miembros de Herrira por «hacer política».