Contaminación en Madrid
La Gran Vía estará cortada al tráfico de no residentes desde junio de 2018
El centro de Madrid no tendrá calles abiertas a la circulación y desaparecerán las plazas azules.
El centro de Madrid no tendrá calles abiertas a la circulación y desaparecerán las plazas azules.
Junio de 2018 es la fecha que el Ayuntamiento de Madrid se ha marcado para llevar a cabo el cierre definitivo de la Gran Vía al tráfico de todos aquellos vehículos que no sean de residentes o los dedicados servicios. La alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, presentó ayer el Plan A de calidad del aire que incluye esta medida dentro de lo que han llamado «Área Central de Cero Emisiones» (ACCE) y que supone restricciones al tráfico en un perímetro delimitado por las calles Alberto Aguilera, Carranza, Sagasta, Génova, Paseo de Recoletos, Paseo del Prado, Ronda de Atocha, Ronda de Valencia, Ronda de Toledo, Gran Vía de San Francisco, Bailén, Plaza de España, Princesa y Serrano Jover. Un ámbito que deja prácticamente fuera de servicio la arteria que conecta el tráfico del oeste de la ciudad y abandona sin alternativas por el interior de la ciudad a los 50.000 conductores que transitan diariamente por la Gran Vía. «Los límites del nuevo ámbito contemplan las actuales APR –las áreas de prioridad residencial de Ópera, Cortes, Letras y Embajadores– y serán elementos continuos y estructurantes de la red viara, de manera que conformen un perímetro fácilmente reconocible para los usuarios del automovil», argumentaron desde el Ayuntamiento de Madrid como método para evitar el acceso «involuntario» al área. Así, sólo tendrán acceso al interior del área de cero emisiones los vehículos de residentes e invitados, los propietarios de plazas de aparcamiento y los usuarios de los parkings públicos, los vehículos de servicios y transporte público, VTC, motos en horario diurno, vehículos de cero emisiones y los de personas de movilidad reducida, transporte colectivo y vehículos industriales, comerciales y de mercancías, con horario extendido para los menos contaminantes. En el nuevo modelo de movilidad no habrá calles abiertas al tráfico lo que supone la desaparición de las plazas azules. Los conductores que no cumplan los requisitos y quieran aparcar en un párking público tendrán paneles informativos en todos los accesos con el número de plazas que estén libres. De esta forma el Ayuntamiento pretente evitar que entren vehículos en la APR si los aparcamientos están ya llenos. Además, según recogió Ep, las autorizaciones a los actuales residentes se prorrogarán hasta diciembre de 2018 y el consistorio se compromete a incentivar las nuevas altas de usuarios a través de aplicaciones móviles y las web de atención ciudadana.
El corte al tráfico de Gran Vía es sólo una de las treinta medidas que incluye el plan que ayer fue aprobado definitivamente por la Junta de Gobierno que preside Carmena.
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