Ayuntamiento de Madrid
La mentira del IBI de San Cristóbal
Más de 400 viviendas en manos de mafias okupas, pisos de desahucio y residencias protegidas... Así el es único barrio que pagará un 40% menos en el impuesto municipal.
Más de 400 viviendas en manos de mafias okupas, pisos de desahucio y residencias protegidas... Así el es único barrio que pagará un 40% menos en el impuesto municipal.
¿Saben esa silla junto a la puerta de casa a la espera de alguien que quiera pasar a la sombra una larga tarde de verano? Pues aquí, en la gran metrópoli, aún podemos ver esta típica escena rural en lugares como el barrio de San Cristóbal, el que vio crecer a iconos del fútbol como Raúl González y escuchó los primeros ensayos de grupos de música tan míticos como Camela. En el extremo sur de Madrid, dentro del que fue el último distrito en anexionarse a la ciudad, viven casi 15.000 personas que, a partir de 2017, se beneficiarán de una bajada del 40% del Impuesto sobre Bienes Inmuebles –de 143 euros que abonan actualmente, pasarán a pagar 117–. No serán los únicos, porque otros 21 barrios madrileños verán también su recibo del IBI rebajado, pero en un máximo del 30%. Así lo anunciaba el Ayuntamiento el pasado lunes día 20 de junio, pero, ¿por qué aquí? ¿Qué tiene o deja de tener San Cristóbal?
Curiosamente, la noticia no parece haber despertado demasiado interés entre los vecinos del lugar: pocos han oído hablar de la bajada del impuesto, y los que lo saben, desconfían. «¿Por qué nos lo bajan más a nosotros?», preguntan retóricas dos jubiladas que reciben la propuesta con prudencia –no fuera a ser un simple regalo para sus oídos–. «Será que somos más pobres, o que ya no quedan españoles aquí», continuaban, porque según cuentan, todos los jóvenes españoles abandonan el barrio en cuanto tienen ocasión. Y así, sin romperse demasiado la cabeza, estas mujeres esbozan en pocas palabras el perfil social de su barrio, ése del que sus nietos han escapado.
Si sumamos los habitantes de entre 0 y 15 años, los de más de 65 y los que se encuentran en situación de paro laboral, nos encontramos con que un 72% de los vecinos de San Cristóbal son población inactiva, lo que explica la pobreza del barrio. Esto podría relacionarse con el bajo nivel de estudios que se registra en esta zona, pues entre los que tienen 25 o más años de edad, más del 38% ni siquiera han finalizado sus estudios primarios, y sólo un 23% de los jóvenes de este barrio madrileño llega a la educación superior –es decir, más allá de la Secundaria–. A su vez, aquí debe de jugar un papel importante el índice de residentes extranjeros, que también es muy alto en esta zona, situándose cerca del 30%, entre los que sobresalen los ciudadanos provenientes de América Latina y África. Y aunque esto podría traducirse en un constructivo ambiente multicultural, en un simple paseo por San Cristóbal, se puede percibir el aislamiento de cada una de las comunidades que lo construyen: las distintas nacionalidades –incluidos los españoles de etnia gitana, que son quizás los más aislados del resto– se cierran en guetos que poco lugar dejan al enriquecimiento del barrio y de sus gentes.
Pero aunque parezca increíble, éstos no son los datos más preocupantes en torno al barrio, pues hay otros que hablan de grupos organizados de okupaciones mafiosas. Y es que, según un informe que publicaba la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos a principios de este año, el distrito madrileño más afectado por estas usurpaciones ilegales es el de Villaverde; y lo peor es que, entre las 13 calles incluidas en la «lista negra» del distrito, siete pertenecen al barrio de San Cristóbal (calle Burjasot, calle de Rocafort, plaza Pinazo, plaza Paloma de la Paz, calle Moncada, calle de Godella y calle de Benimamet). Esto quiere decir que, como poco, podemos calcular que más de la mitad de las casas okupas de Villaverde se encuentran en San Cristóbal –es decir, más de 200 viviendas– .
Dentro del barrio, sobresale por sus peculiares características la zona de San Cristóbal de los Ángeles, un vecindario con menos de 60 años de historia que, no obstante, luce fachadas resquebrajadas y edificios convertidos en escombros por el tiempo.
Fue a partir de 1959 cuando, en una actuación urbanística por el fin del chabolismo, sobre un polígono de algo más de 40 hectáreas en el que se emplazaba una antigua fábrica de ladrillos, comenzó a construirse un «barrio provisional» con un total de 6.077 viviendas subvencionadas. No se utilizaron los mejores materiales ni los cimientos más duraderos, al fin y al cabo, era algo eventual, lo que le da la denominación a San Cristóbal de los Ángeles de eterna «zona de rehabilitación prioritaria». Pero en los últimos años se han dado algunos pasos en este sentido, lo que se traduce en una extravagante imagen urbanística porque, en muchos de los casos, las calles separan edificios de fachadas de un gris claro impoluto de otros casi en ruinas.
Esta semana, el Ayuntamiento ha anunciado que la zona se beneficiará no sólo de la sonada rebaja del IBI, sino también de una ayuda económica para facilitar la realización de obras de conservación de sus edificios –San Cristóbal de los Ángeles es una de las Áreas Preferentes de Impulso a la Regeneración dentro del Plan Recupera Madrid–.
Un barrio de izquierdas
La Junta Electoral ha considerado que el anuncio de estas medidas para los vecinos del sur de Madrid puede interpretarse como un acto de intenciones electoralistas, pero, ¿a quién vota el barrio de San Cristóbal? En las paredes de sus calles las únicas caras que vemos son las de Pablo Iglesias y Alberto Garzón, así que uno se lo puede imaginar. En las elecciones al Ayuntamiento del pasado 24 de mayo de 2015, Ahora Madrid y PSOE obtuvieron casi el 64% de los votos, y a nivel nacional, en el 20-D, socialistas, Podemos e Izquierda Unida consiguieron también cerca del 65% de los apoyos en este barrio.
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