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Los alumnos desfavorecidos sacan mejores notas en Madrid

La Comunidad destaca en igualdad de oportunidades pero debe mejorar en inclusión social.

Los padres suelen elegir para sus hijos el centro que está más cerca de su casa / Efe
Los padres suelen elegir para sus hijos el centro que está más cerca de su casa / Efelarazon

La Comunidad destaca en igualdad de oportunidades pero debe mejorar en inclusión social.

Los alumnos madrileños llevan medio curso académico de ventaja con respecto a la media nacional, descontando ya cómo influye el nivel socioeconómico de sus familias (lo que se conoce como índice Isec) en el rendimiento académico, que se ha demostrado que tiene un peso muy importante. Esto significa que «a un alumno socialmente desaventajado le interesa más estudiar en Madrid que en otras comunidades autónomas porque la probabilidad de que obtenga mejores resultados es mayor», explica Francisco López Rupérez, director de la Cátedra de Políticas Educativas de la Universidad Camilo José Cela.

Precisamente, la cátedra acaba de publicar un estudio con el título «Igualdad de oportunidades e inclusión educativa en la Comunidad de Madrid». En él se evidencia empíricamente la alta tasa de inclusión académica que existe en los centros de la región. Esto significa que el lugar en el que un alumno viva no afecta a su rendimiento académico. Sin embargo, el estudio que López Rupérez ha elaborado junto a las profesoras Isabel García y Eva Expósito pone de relieve que Madrid debe mejorar en inclusión social, un aspecto en el que la Comunidad se encuentra por debajo de la media nacional aunque al mismo nivel que registra la media de países de la OCDE. Lo óptimo sería que la composición social de un centro educativo no dependiera de su ubicación geográfica. ¿Por qué ocurre esto en Madrid? «Muy probablemente esta circunstancia es consecuencia de factores estructurales relacionados con la segregación de los lugares de residencia de los diferentes grupos sociales en función de su nivel socioeconómico.

Esta característica es típica de los entornos urbanos, así como la comprobada preferencia de las familias por escolarizar a sus hijos cerca de sus hogares», explicó López Rupérez a LA RAZÓN. Para mejorar en este aspecto, los autores del estudio proponen incentivar la implicación de los padres en los centros socialmente desaventajados, promover metodologías didácticas personalizadas o reducir el número de alumnos por profesor.

Por otra parte, los buenos resultados en rendimiento que obtienen los alumnos madrileños con respecto a otras comunidades (basándose en datos de PISA 2015) tienen que ver con «un trabajo en los centros relativamente bueno con los alumnos, en particular con los socialmente desaventajados, en relación con la media nacional; una gestión de la administración madrileña relativamente buena; y un clima social y de expectativas que, además de incidir positivamente sobre los alumnos favorece lo uno y lo otro».