Libros

Libros

Los ilustrados del siglo XXI, en extinción

Los ilustrados del siglo XXI, en extinción
Los ilustrados del siglo XXI, en extinciónlarazon

La Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, amenazada de cierre por la falta de subvenciones

«Socorrer enseñando». Bajo este lema nació en 1775 la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, una sociedad benéfico-cultural sin ánimo de lucro fundada por Carlos III. Desde su sede en el edificio civil más antiguo de Madrid, La Torre de los Lujanes, que data del año 1497 y se encuentra en la emblemática plaza de la Villa, su creación se produjo cuando las influencias del movimiento ilustrado europeo llegaron a nuestro país y provocaron que grandes intelectuales como Gaspar Melchor de Jovellanos o Pedro Rodríguez de Campomanes, figura clave en la creación de la Matritense, con el rey Carlos III a la cabeza, tuviesen la convicción de que la difusión de la educación era la llave de la puerta hacia el progreso de cualquier pueblo.

Los logros de esta sociedad son incontables. Crearon las primeras escuelas de ciegos y sordomudos del país. Debido a la preocupación por fomentar la enseñanza se establecieron las primeras Escuelas de Oficios de trabajos manuales para niños y niñas pobres de Madrid; a la misma vez aparecen las escuelas patrióticas, donde se daba a los niños el aprendizaje necesario para poder desarrollar un oficio. Además, sus cursos de economía y taquigrafía, a los que acudió Mariano José de Larra, eran los mejores del país. Pero esta época de esplendor ha quedado atrás. Esta sociedad vive la peor época desde su fundación debido a la falta de subvenciones y ayudas por parte de las instituciones. Así lo cuenta Pilar Becerril, la 43º presidenta de la Matritense y la primera mujer en ocupar este cargo: «Estoy encantada de ser la primera presidenta, pero me ha tocado en el peor momento», declaró. Esta sociedad tiene dos facetas principales: la cultural y la educativa. Como referente de esta última está el Centro de Estudio de esta Real Sociedad, que se encuentra en la calle del Espejo número 12, y en él se impartían ciclos formativos de grado superior de Secretariado, Informática, Inglés y Mecanografía, entre otros. «Después de que la Comunidad nos quitase las subvenciones, los alumnos se han ido marchando, no pueden pagar 600 euros por un curso, es muy difícil comprar la cultura», comentó Becerril. «Ahora tenemos un centro de estudios sin alumnos que no sabemos si volveremos a llenar», relata. Y es que la situación de la sociedad es realmente «agónica», ya que sólo cuenta con la cuota de sus 200 socios (100 euros anuales) y con aportaciones que recibe de Telefónica y La Obra Social La Caixa, que ni mucho menos sufragan los gastos de mantener esta histórica sociedad.

Objetivo: conseguir mecenas

Si esta situación se mantiene, esta Real Sociedad se verá obligada a cerrar. «No podemos permitir que el Siglo de las Luces se apague en el siglo XXI», añadió Becerril. Por ello, la principal tarea de su presidenta es encontrar «no un gran mecenas, sino pequeños mecenas que nos hagan pequeñas aportaciones con las que conseguir unos 50.000 euros al año y con ello poder seguir manteniéndonos». Por el momento, la búsqueda está dando escasos resultados «nos hemos dirigido a todas las fundaciones, bancos, instituciones... y en todos nos dicen que no es posible».

Dentro de la mala situación que atraviesa, esta Real Sociedad ofrece con asiduidad conferencias y cursos sobre economía (los mejores del país), astronomía, filosofía o historia que tienen tanto éxito que algunas tienen que repetirse. Por otra parte, edita una revista «Torre de los Lujanes», gratuita, por la que se han interesado universidades como Harvard, que ha pedido que se le envíen volúmenes de la misma.

Por primera vez este año, y como otro de sus intentos por mantenerse a flote, la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País impartirá una Cátedra de Verano para 120 alumnos, que costará 120 euros y en la que 16 ponentes hablarán sobre distintos temas de historia, arte y economía.

Madrid tiene la inmensa fortuna de conservar uno de los pocos reductos que quedan de la Ilustración. Por ello, y a pesar de que, como dice Pilar Becerril, «la cultura vive sus horas más bajas», no pueden dejar de visitar este lugar y acudir a sus interesantes conferencias, cursos y conciertos, y estar en un lugar donde se reunían los grandes intelectuales de la época y de cuyas paredes emanan historia y saber.