Retiro
Más de diez árboles se desplomaron en El Retiro la semana pasada
Sólo el miércoles, con el parque cerrado, se cayeron dos. Los encargados de poda del pulmón verde denuncian que su mantenimiento es escaso
Sólo el miércoles, con el parque cerrado, se cayeron dos. Los encargados de poda del pulmón verde denuncian que su mantenimiento es escaso.
Las intensas y continuas precipitaciones unidas a los fuertes vientos de las últimas semanas han provocado una auténtica sangría por causas naturales en el árbolado del parque de El Retiro. Además de la veintena de ejemplares que se talaron de forma preventiva los pasados miércoles y jueves, cuando el recinto permaneció cerrado para realizar estas labores, los operarios de la UTE Parques Históricos que prestan servicio en el conocido pulmón verde de la capital, aseguran que en el último mes habrán caído de forma espontánea unos 35 ejemplares.
«Ellos probablemente sólo cuenten cuando cae uno de los grandes, pero los hay más pequeños, que también matan si te pillan debajo», sostiene un jardinero que lleva trece años prestando servicio en este parque. El mantenimiento de todo el recinto está a cargo de no más de 34, 40 personas de forma real (quitando a los que están de baja), entre limpieza, jardinería (unos 15 empleados) y obras. Concretamente, dedicados a la poda no llegan a la decena y aseguran que hay siete para todo el parque. Son estos operarios los que ejecutan las instrucciones de los técnicos municipales del Ayuntamiento. Ellos son quienes evalúan los ejemplares dañados, qué ramas hay que cortar o cuáles hay que cortarlos de raíz. Esas instrucciones son remitidas a la contrata en cuestión (en este caso es Acciona la que lleva esta UTE en al que están, además de El Retiro, el Parque del Oeste, El Capricho, Dehesa la Villa, Fuente del Berro y la Quinta de los Molinos– y los operarios contratados lo llevan a cabo sin tener capacidad de decisión. Y son ellos, los que están a diario en el parque, los que aseguran que si la sangría del último mes les llamó la atención (hablan de 35 árboles caídos), la última semana fue especialmente alarmante. Uno de estos operarios asegura que fueron unos 15 los que se cayeron desde el pasado lunes. Dos de ellos precisamente el pasado día 21 (uno de los días que estuvo cerrado por revisión). Y es que, desde el Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento sólo habían admitido la caída de dos ejemplares la noche antes de la tragedia y el pino que desgraciadamente cayó a mediodía del sábado sobre un niño de cuatro años causándole la muerte.
La falta de personal es uno de los principales problemas de la falta de mantenimiento del parque, pero hay otros de base que parecen más complicados de solucionar. Los pinos (el ejemplar que cayó sobre el pequeño Darío y uno de los más abundantes en Madrid junto con los plátanos de sombra, los olmos, las acacias y los sophora japonica) es uno de los árboles más débiles en caso de temporal porque, según uno de estos operarios, suelen estar en praderas con riego. Esto supone que no necesitan echar raíces para buscar agua y no son fuertes en su base. «Como son de hoja perenne y no se les descarga con podas frecuentes, cogen mucha agua y pesan mucho en la copa». Ese peso arriba, la altura (sobre todo el El Retiro donde hay ejemplares muy viejos), el suelo encharcado y el viento crea una combinación peligrosa ya que es muy sencillo, según los expertos, que el árbol caiga.
Otro de los problemas que ha dañado a los árboles es que durante los últimos tres o cuatro años se estuvo regando con agua reciclada, «cuando hay que regar con agua potable». «Ya lo han cambiado pero tantos años de ese agua tampoco ayudó nada», sostiene el trabajador de El Retiro. Otra cuestión que no beneficia a los árboles tiene origen estético. «El Retiro siempre tuvo caminos rústicos y ese afán por dejarlo bonito y meter hormigón por todos lados para hacer paseos ha hecho que muchos tengan problemas para echar raíces». «Esto fue hace muchos años pero eso ha ido contaminando poco a poco las raíces de los árboles y puede que sea ahora cuando estén diciendo “basta”», sostiene el experto, al tiempo que añade que «el cepellón que llevaban antes los árboles igual era de cinco metros y ahora apenas de uno: no tienen sitio». Los operarios del parque lamentan que no se haya podido evitar la muerte del pequeño de cuatro años. «No hace falta esperar a que sople el viento a 80, se sabe que los árboles no están bien y que a 50 se pueden caer. Eso lo sabemos nosotros y lo saben ellos pero parece que prefieren tener el parque abierto».
La muerte del menor de cuatro años el sábado 40 minutos después desde que se decidiera cerrar el parque por el temporal ha empujado a los técnicos municipales a revisar el trabajo supuestamente realizado el miércoles y jueves. Tras esta revisión, al menos tres árboles de grandes dimensiones se cayeron, uno de ellos matando al pequeño.
Así, durante todo el día de ayer técnicos municipales de Parques y Jardines llevaron a cabo, de nuevo, labores de revisión apuntalado de árboles en un Retiro cerrado al público. Fuentes del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid informaron de que hoy el parque tampoco abrirá sus puertas para que los operarios puedan continuar con el análisis de los ejemplares.
El Ejecutivo de Manuela Carmena tenía previsto presentar esta mañana el Plan de Plantaciones para la ciudad, un acto que cancelaron a media tarde de ayer y que sustituirán por una comparecencia para informar del balance de daños que el temporal de los últimos días ha provocado en la capital, el resultado del último análisis realizado a los árboles y los planes que el consistorio tiene para El Retiro a lo largo de los próximos días.
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