Mayer: «No hay concordia posible mientras haya muertos en cunetas»

La concejala de Cultura de la capital responde así a su nueva responsable de Memoria Histórica

A la concejala de Cultura de la capital, Celia Mayer, no le ha sentado demasiado bien el espíritu de consenso con el que ha asumido su puesto la nueva responsable de la Comisión de Memoria Histórica del propio Ayuntamiento, la socialista Francisca Sauquillo. Aunque se trata de un nombramiento consensuado por el Gobierno local de Ahora Madrid –al que pertenece la propia Mayer– y su socio de investidura, el PSOE, la concejala de Cultura no se ha podido resistir a responder a algunas declaraciones de la propia Sauquillo, especialmente las que ha realizado a eldiario.es, en las que la nueva responsable de Memoria Histórica de Madrid asegura que «no soy partidaria de tirar todos los vestigios franquistas, no tiro nada ni en mi casa».

Mayer ha reaccionado a estas declaraciones de Sauquillo con una extensa respuesta a través de las redes sociales en la que no duda en afirmar que «no hay concordia ni reconcialiación posible mientras siga habiendo muertos enterrados en las cunetas». Incluso, la concejala de Carmena niega que pueda haber concordia entre españoles hasta «que el Estado reconozca institucionalmente los crímenes de lesa humanidad que se cometieron durante la Guerra Civil», aunque no explica que se refiera a los que se produjeron en ambos bandos. Por eso, insiste en exigir «un proceso de justicia y reparación», ya que entiende que todos los que se han llevado a cabo durante los últimos 40 años no son suficientes.

Además, la respuesta de Mayer a estas declaraciones de Sauquillo denotan su afán por imponer en «nuestra ciudad» lo que ella misma califica de «política pública de memoria». Y es que esta concejala cree que la memoria de Madrid y de todos los madrileños «se ha construido en torno a una determinada visión de la historia, parcial y sesgada, como todas», según ella.

En cualquier caso, Celia Mayer –alistada en Ganemos Madrid, una de las corrientes más radicales y críticas de las varias que forman el Gobierno de Carmena– cree que es necesario hacer «acciones pedagógicas», como visitas guiadas a cárceles y cementerios, para «democratizar la construcción de la memoria y de la identidad de Madrid», que era el auténtico «objetivo del plan» que ella misma inició desde su concejalía, hasta que la propia alcaldesa no tuvo más remedio que retirarle esa responsabilidad por los continuos errores que cometió al eliminar de forma precipitada varias placas y monumentos.

Carmena se vio obligada a «rebajar» a Celia Mayer tras el clamor que provocaron sus continuas equivocaciones sobre la Memoria Histórica, en las que llegó a confundir a personas distintas para proponer la retirada de una calle y hasta utilizó imágenes de campos de concentración de la Alemania nazi y de la antigua URSS en Siberia como si hubieran tenido lugar en España. Todo ello provocó que los demás grupos políticos, PP, Ciudadanos e incluso el propio PSOE, se plantearan aprobar en el Pleno de Cibeles la reprobación de esta concejala de Cultura, que finalmente consiguió evitar en el último momento gracias al acuerdo con los socialistas, pero con la condición –entre otras– de que Ahora Madrid le quitara a Mayer todas las competencias municipales de Memoria Histórica y se las diera a una persona más moderada, como la propia Francisca Sauquillo, a propuesta del PSOE.