Gastronomía
Orgullo con cuchillo y tenedor
Los tres millones de turistas que llegan al World Pride también aprovecharán para descubrir nuestra gastronomía. La oferta por el distrito Centro, que también ha incluido guiños arcoíris, es inabarcable.
Los tres millones de turistas que llegan al World Pride también aprovecharán para descubrir nuestra gastronomía. La oferta por el distrito Centro, que también ha incluido guiños arcoíris, es inabarcable.
Disfrutar del World Pride, la fiesta del Orgullo Gay mundial, con cuchillo y tenedor resulta fácil. Desde el Ayuntamiento, anuncian que estos días visitarán la capital cerca de tres millones de turistas, quienes están dispuestos a conocer nuestra gastronomía. Por eso, el sector de la hostelería prevé facturar unos 378 millones de euros. Gingerboy Thai Fusión, situado en plena plaza de Olavide, es uno de nuestros espacios preferidos de cocina de fusión asiática y europea. Estos días, por cada pedido superior a 15 euros que haga, reclame su cerveza asiática. Imprescindibles es el pad thai, con tamarindo, brotes de soja, cacahuete y lima, además de los currys tailandeses y los chipirones salteados con verdura, salsa oelek y vino chino de arroz. En Defilé Café (C/ Hermosilla, 39), el cocinero elabora un menú por 25 euros formado por una refrescante ensalada con cuscús para abrir boca. A continuación, toman las mesas un curry verde de langostinos, el tataki de atún con dúo de tomates y unas brochetas de pollo al teriyaki. Bocados que armonizan con una copa de «Habla de ti» blanco. En el número 6 de la calle Libertad, Bocaíto ha creado el «bocaíto libertad», preparado con queso fresco de cabra, jamón ibérico y kiwi. Cerca, en el 5 de Belén, el Café Belén exhibe la muestra «Grace et Mouvement», catorce reproducciones de grabados originales sobre cobre de Pablo Picasso. Mientras las contempla, la idea es fulminar la sed con el cóctel Picasso’s Blue Mojito, elaborado con ron, limón, blue tropic, soda, hierbabuena y azúcar (7 euros). Cuando el hambre apriete, ya lo sabe, reserve en El Mendrugo (C/ Colmenares, 5). Isaac Fernández ingenia una propuesta (40 euros) que comienza con unas ricas croquetas de gambas al ajillo. De primero, un tomate de San Martín de la Vega, que sí, que sabe a tomate. Y, como plato fuerte, un pastel de rabo de toro con apple bitter y Campari. El toque dulce lo pone una panna cotta World Pride. Ojo, si opta por un tentempié rápido, el bocadillo de calamares armonizado con un vermut es una apuesta segura.
La fachada del Hotel Santo Domingo (Plaza de Santo Domingo, 13) se ve cubierta de los colores de la bandera arcoíris, símbolo de la lucha LGTB y su terraza Sunset Lookers resulta el espacio diez para tomar fuerzas cóctel en mano con unas vistas panorámicas de 360 grados de la ciudad de fondo. El Orgullo Sunset Lookers lleva zumo de naranja, blue tropic, maracuyá y granadina.
A Surya (C/ Tudescos, 4) se va a comer currys, ya sea uno suave, como el butter chicken, o más cañero. Sepa que el vindaloo posee un toque de chile verde y tamarindo y la idea es saborearlo con gambas, pollo o cordero. Incluso, merecen la pena las lentejas indias, el vada pao, un mini perrito caliente al estilo de Mumbai, y el papdi chaat, un plato que antaño se componía de una mezcla de los restos de comidas con yogur y se disfrutaba en frío. A día de hoy, en esta casa se elabora a base de cereales con tamarindo, arroz inflado, cacahuetes, galletas especiadas y yogur.
Borja Gracia nos sugiere viajar a Japón sin abandonar la capital en Hattori Hanzo, una izakaya en la que no pida sushi porque no lo hay, lo mismo que en las auténticas tabernas japonesas. Situada en el 17 de Mesonero Romanos, destacan elaboraciones de nombre curioso como «Vacaciones en el Hawaii japonés», con langostinos tigre al teppanyaki, quinoa roja salteada, yuzu, shiso y piña osmotizada en beurre noisette y vainilla o el «Paseo por Hokkaido», unas tostadas crujientes de tapioca con láminas de ventresca de atún rojo toro con chutney de mango y nieve agria de licopeno.
lasaña coreana
Sea de los primeros en probar «Perdido en Korea Town», una lasaña coreana inspirada en el barrio coreano de Tokio a base de cangrejo real, kimchi coreano, leche de oveja, arroz inflado y lima. Para beber, refrésquese con las limonadas orgánicas, como la de yuzu o la de frambuesa, flor de cerezo y té verde. Trago clásico del verano nipón es el mugicha, una infusión fría de cebada tostada que aquí descubrimos.
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