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Ahora Madrid

Perdidos en mociones «churreras»

Las FARC, Palestina o los pueblos indígenas del Ártico son habitualmente asuntos de debate en numerosos ayuntamientos madrileños. Conflictos internacionales sobre los que los concejales no tienen mucho que aportar.

Perdidos en mociones «churreras» larazon

Las FARC, Palestina o los pueblos indígenas del Ártico son habitualmente asuntos de debate en numerosos ayuntamientos madrileños. Conflictos internacionales sobre los que los concejales no tienen mucho que aportar.

Los pueblos indígenas del Ártico, la independencia del Sáhara, las negociaciones del Gobierno colombiano con la guerrilla de las FARC o el boicot a Israel por su supuesto «apartheid» a Palestina. No, no son resoluciones de la ONU o del Parlamento de la UE. Por sorprendente que parezca, todas las anteriores son mociones que se presentan, debaten y votan cada mes en los ayuntamientos de nuestra región, cuyos concejales son elegidos por los vecinos y cobran de ellos en teoría para centrarse en los problemas concretos de sus respectivas ciudades.

Un repaso de los asuntos que se han tratado en los principales plenos de la región en los escasos nueve meses que llevamos de mandato arroja una retahíla de mociones sobre política nacional e incluso internacional que no son competencia de un Pleno Municipal, en los que un Ayuntamiento poco o nada puede hacer y sobre los que un concejal no tiene capacidad de actuar ni suficientes conocimientos sobre la materia. Entre otras cosas, porque para tratar esos temas todos los partidos tienen ya a sus correspondientes representantes en otras instituciones, como los parlamentos regional, nacional y europeo.

Las grandes ciudades, tal y como establece la ley que regula el funcionamiento de los ayuntamientos, están obligadas a celebrar un pleno ordinario al mes, en el que cada grupo suele tener un límite de dos o tres mociones, por lo que la capacidad para plantear propuestas durante un año no suele exceder de una treintena, ya que en muchos ayuntamientos no se celebran sesiones ordinarias en agosto y diciembre.

A pesar de que el margen para plantear propuestas no es muy amplio y de que estas ciudades tienen importantes problemas a nivel local (como elevadas tasas de paro, deuda municipal, desahucios o falta de infraestructuras), son muchos los grupos políticos que se dedican a presentar mociones que no afectan a sus ciudadanos y sobre las que su Ayuntamiento no tiene ninguna competencia. Son las denominadas «mociones churreras», como se las bautizó hace tiempo en algunos consistorios madrileños porque suelen ser textos que llegan a los plenos desde las direcciones regionales y nacionales de los partidos, más acostumbradas a tratar problemas que exceden del ámbito local, por lo que los grupos municipales se limitan a plantearlas tal cual: «Se llaman así porque se presentan muchas, son fáciles de hacer, gustan a casi a todo el mundo y llenan bastante: es decir, como los churros», explica un ex concejal de una gran ciudad del sur de la región.

Así, por ejemplo, durante este mandato ya se han presentado mociones sobre «los pueblos indígenas del Ártico» en Fuenlabrada o Móstoles, cuyos plenos están tan preocupados por el Polo Norte como para debatir sobre ello durante tres cuartos de hora, entre otras cosas para hacer «una llamada a los estados del Ártico para implementar con rapidez y en su totalidad la Declaración de Naciones Unidas sobre el Derecho de los Pueblos Indígenas».

El conflicto del Sáhara con Marruecos también es otro tema recurrente en muchos ayuntamientos madrileños. En Móstoles ya han pedido «el reconocimiento de la República Árabe Saharaui como Estado independiente» y en Fuenlabrada también han dedicado parte de un pleno municipal a este asunto internacional.

En la misma línea de alcaldes y concejales metidos a ministros de Asuntos Exteriores, Getafe ha aprobado que su Ayuntamiento haga boicot a Israel por el «apartheid» al que supuestamente somete a Palestina. Este mismo consistorio también ha dedicado parte de un pleno reciente a debatir si había que «apoyar las conversaciones de paz» entre el Gobierno de Colombia y las guerrillas de las FARC y del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Otros Plenos, como el de Rivas, acaban de debatir y decidir que van a presentar una querella «contra los crímenes del franquismo» y en casi todos, entre ellos Alcalá de Henares, Leganés, Villalba, Torrejón de Ardoz o San Sebastián de los Reyes, se ha debatido largo y tendido sobre el Tratado Transatlántico de Libre Comercio e Inversión (TTIP) entre la UE y Estados Unidos, lo que en más de un ayuntamiento ha provocado la peregrina escena de ver a concejales de un municipio dedicando buena parte del pleno a criticarse entre ellos por las negociaciones secretas de Obama y Merkel.

Asuntos caducados

En otros casos, los plenos madrileños tratan asuntos que, aunque sí afectan a la ciudad, ya están más que resueltos y caducados. Uno de los más típicos en estos meses ha sido la moción presentada por los grupos de izquierda para que no se privatice el 49% del Canal de Isabel II, tal y como preveía el anterior Gobierno regional. La actual presidenta, Cristina Cifuentes, ya dejó claro nada más llegar que descartaba por completo esa posibilidad. De hecho, fue uno de los principales acuerdos que firmó con Ciudadanos para su investidura. Sin embargo, nueve meses después de ese compromiso público y por escrito de no privatizar el Canal, los ayuntamientos madrileños siguen tratando mociones para pedir eso mismo, aunque saben que está resuelto.

Entre tanto, muchos problemas reales y concretos de estas ciudades siguen sin resolverse e incluso sin tratarse en los plenos, que cada mes dedican buena parte de su tiempo a discutir sobre cuestiones extramunicipales. Y ello a pesar de que la mayoría de sus concejales cobran un sueldo como liberados para dedicarse en exclusiva a esta labor y los que no lo están (porque compaginan este cargo con su trabajo privado) cobran dietas de hasta 600 euros por asistir a estas sesiones en las que discuten sobre el deshielo del Polo Norte, la guerrilla colombiana o las negociaciones entre Obama y Merkel.

Los medios locales ya están resignados a esta situación. Juan Manuel Álamo fue concejal del PP de Leganés en el anterior mandato y ahora dirige un periódico local: «Yo no publico ni una sola línea que no tenga vinculación con la ciudad. Es como si yo en Leganews me pongo a informar sobre la regeneración de los cernícalos en la Sierra de Guadarrama, que al fin y al cabo nos pilla más cerca que el Ártico, pero no es eso lo que mis lectores esperan de un medio local ni los vecinos de un pleno municipal». En la misma línea se expresa Sonia Baños, directora de la web Noticias para Municipios, que cubre la información de varias ciudades madrileñas: «Cuando veo que en un pleno se ponen a hablar de estas mociones, yo desconecto. Eso provoca que muchos plenos duren hasta diez horas, la mayor parte de las cuales se pierden en temas que no afectan a la ciudad. Y claro que son cuestiones muy importantes, pero precisamente por eso, porque son tan importantes, un pleno y los concejales de una ciudad no son los más adecuados para tratar sobre ellas». Óscar Resino dirige el periódico Noticias de Tu Ciudad, que también hacer honor a su nombre y se centra en la información de Parla: «Es verdad que cada vez se presentan más mociones de este tipo en casi todos los municipios, por eso recibimos muchas cartas al director exigiendo soluciones a los problemas reales y concretos de la ciudad, que es lo que más interesa y afecta a los vecinos».