Madrid
Secretos de mantel entre alcaldes
La actuación de Rita Maestre, el tijeretazo a la Semana Santa o los títeres, entre los temas de la primera comida organizada por Carmena. Álvarez del Manzano fue el que instituyó estas reuniones, en las que descubrió su faceta desconocida como brillante contador de chistes. Sahagún ya barajó la posibilidad de celebrar encuentros similares, pero las relaciones con Barranco no eran buenas por la moción de censura
La actuación de Rita Maestre, el tijeretazo a la Semana Santa o los títeres, entre los temas de la primera comida organizada por Carmena
Álvarez del Manzano fue el que instituyó estas reuniones, en las que descubrió su faceta desconocida como brillante contador de chistes
Fue Ruiz-Gallardón quien, en algún momento, hizo saber a la alcaldesa Carmena que existía esta costumbre y que sería bueno no perderla. Después llamó a sus compañeros para decirles que serían convocados al tradicional almuerzo y que esperaba que estuvieran todos.
Durante la comida, que transcurrió dentro de un tono de normalidad, aunque en algún momento hubo opiniones muy controvertidas y severas, se habló de muchos temas de actualidad, desde luego de política nacional, pero sobre todo, de los asuntos más polémicos que en las últimas semanas han marcado la vida municipal, desde el asunto de los titiriteros del Carnaval de Tetuán hasta la programación del Ayuntamiento en cuestión de eventos ya tradicionales en el calendario de la ciudad. Y hubo distintos puntos de vista, unos más críticos que otros.
Los comensales hablaron sobre el tijeretazo que el Gobierno de Carmena ha metido al presupuesto del Ayuntamiento en los actos de la Semana Santa madrileña. La alcaldesa dijo que su intención era la de respetar esta tradición y no cargársela, aunque algunos de los comensales le hicieron ver la necesidad de tener en cuenta el número de católicos, de musulmanes y de chinos que hay en Madrid a la hora de hacer un reparto equitativo en la adjudicación del presupuesto.
Se habló de la portavoz del Gobierno municipal, Rita Maestre, y desde luego no para alabar sus actuaciones, aunque la alcaldesa hizo una cerrada defensa de ésta y de su trabajo en el Ayuntamiento, lo que despertó una dura réplica por parte de alguno de los allí presentes.
En este almuerzo de alcaldes, que no ha sido una novedad, sino la continuidad de lo que ya es una tradición en el Ayuntamiento, se vertieron muchos puntos de vista sobre asuntos que han despertado encendidas polémicas y se hizo también alguna recomendación a la alcaldesa, como expertos en ese cargo que ejercieron y desde el que todos trataron de estar únicamente al servicio de los madrileños y hacer de Madrid una ciudad cada vez más moderna y equilibrada. ¿Tomó Manuela Carmena nota o interpretó estas recomendaciones como simples ocurrencias de sus antecesores en la Alcaldía de la capital?
Se da la circunstancia de que todos los ex alcaldes fueron antes concejales que regidores y, cuando accedieron al cargo, llevaban un notable bagaje de experiencia en la Administración municipal. Y en el almuerzo del pasado jueves se pudo de manifiesto esa falta de experiencia, de conocimiento del medio, que tiene Manuela Carmena, aunque ella lo tomó sólo como un «pequeño inconveniente».
Sahagún ya lo intentó
Si, como queda dicho, fue Álvarez del Manzano quien puso en marcha la comida de alcaldes, su antecesor en el cargo, Agustín Rodríguez Sahagún, barajó la posibilidad de establecer encuentros regulares con los alcaldes que le precedieron. Pero ocurrió que el único regidor vivo era Juan Barranco y las relaciones personales entre ambos no eran buenas, pues Barranco nunca digirió que Sahagún le ahuecara de la Alcaldía a través de una moción de censura.
En alguna de las comidas en las que Alberto Ruiz-Gallardón era regidor de la Villa, éste comentó la posibilidad de instalar en el Ayuntamiento la figura de ex alcalde, como lo hizo cuando fue presidente de la Comunidad de Madrid, pero oficializar esa figura con un estatuto no caló ni en Barranco ni en Manzano.
Hasta el almuerzo del pasado jueves, los encuentros a mesa y mantel de los ex alcaldes se desarrollaban de forma desenfadada. Sin obviar los temas importantes de cada momento, había espacio para contar anécdotas de sus experiencias como regidores, incluso más de un chiste se deslizaba a los postres y, en este aspecto, Álvarez del Manzano descubría una de sus facetas más desconocidas como brillante contador de chistes.
Eran otras circunstancias de menos tensión en la política municipal, con comensales que, por su experiencia, sabían de qué hablaban y cuál era su proyecto para la ciudad.
Independientemente de otras consideraciones, todos valoraron de forma positiva que continuara esa tradición y su deseo de volver a quedar para comer, salvo que los asesores de Manuela Carmena piensen lo contrario.
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