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La novia del secuestrador de la menor le delató

La Policía encontró a la menor en un coche en un garaje del distrito de Retiro

El hombre llevaba cinco meses intercambiando mensajes con la menor
El hombre llevaba cinco meses intercambiando mensajes con la menorlarazon

El hombre, de 39 años, raptó a la niña, a la que ató y mantuvo retenida durante 24 horas

El éxito de una operación de rescate realizada por la Policía Nacional ha impedido que un secuestrador–un hombre de origen venezolano y nacionalizado español de 39 años y sin antecdentes penales– se escapara con su víctima, una niña de 13 a la que contactó vía un chat de una consola de videojuegos. El hombre mantuvo retenida a la menor unas 24 horas, desde el sábado hasta que fue liberada por los agentes el pasado domingo dentro de un coche en un garaje de la calle Pez Austral, en el barrio de Estrella.

Fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid explicaron cómo la madre denunció la desaparición de su hija el pasado sábado por la tarde en la comisaría de Puente de Vallecas tras encontrar unas conversaciones «de índole sexual» en el chat. El caso fue puesto de inmediato en manos de los agentes de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM), quienes iniciaron el dispositivo de búsqueda. El sujeto llevaba hablando con la menor unos cinco meses, durante los cuales fue embaucando a la niña y aislándola de sus amigos y familiares, «preparándola» para que se fuera con él, tal y como denuncia la madre en unas declaraciones que efectuó en Telemadrid. En ese periodo, el hombre fue cambiando la versión de su edad a la niña al mismo tiempo que «le comía la cabeza», pasando de tener 17 años a 26, para finalmente decirle que en realidad tenía 39 cuando solo quedaba un mes para que se diera el secuestro.

El día elegido, el secuestrador contactó con la niña y le dijo que bajara a la calle, cerca de una estación de metro. Una vez allí, el hombre metió a la menor en su coche y le tapó la cara con un pañuelo para que no viera a donde se dirigían. Cuando aparcó, la llevó a una tienda a por chucherías y a una frutería para luego conducirla a un piso, donde abusó sexualmente de ella.

Por su parte, la policía recibió una llamada de la pareja del sospechoso, que estaba preocupada porque le había dicho que tenía «un problema gordo». Los agentes relacionaron esa información con el rapto y averiguaron que el hombre solía aparcar en el garaje antes citado. La unidad policial accedió al mismo, donde el secuestrador estaba ultimando los preparativos para huir. En ese momento, la niña, que estaba maniatada, se mostró para que los agentes la vieran pese a que el hombre había amenazado a la menor con matarla a ella y a su familia si intentaba escapar o pedir ayuda. De esa manera, se consiguió liberar a la chica y detener al secuestrador, al que se le imputan los delitos de detención ilegal, abuso sexual e inducción al abandono del domicilio.