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«Te voy a dar donde más te duele», últimas palabras del parricida de La Paz
El hombre de origen chileno y la pequeña, de un año, han muerto
Un hombre de 27 años de nacionalidad chilena mata a su hija de 15 meses tirándose por una ventana del hospital de La Paz tras una discusión con su mujer. Cayeron de una altura de 12 metros a un patio interior del centro y fallecieron en el acto.
Vladimir, un chileno de 27 años residente en Madrid, podría haber encabezado hoy estas páginas como autor de un nuevo caso de violencia de género. Quería hacerle el mayor daño posible a su mujer e incluso le precedían antecedentes violentos; eso sí, sobre una pareja anterior. Probablemente ya había pegado también a ésta, pero ella nunca lo había denunciado. Pero ayer, en lugar de golpearla a ella y quitarse la vida posteriormente, decidió traumatizarla de por vida sin tocarla un pelo. «Te voy a dar donde más duele», le gritó antes de cometer una de las mayores atrocidades que se recuerdan. Eso declaró posteriormente la mujer a los agentes de la Policía Nacional que se hicieron cargo de la investigación del suceso.
Estaban en el Hospital Materno Infantil de La Paz pero ya se iban a ir a casa porque el bebé que ambos tuvieron 15 meses atrás, que nació antes de tiempo (sietemesina) y tenía un problema de corazón, ya iba a recibir el alta hospitalaria. Él decidió, no obstante, que su hija no saldría más de allí y él tampoco. Así, después de decirle esas palabras a su mujer y madre de la niña, abrió una de las ventanas de la habitación de la zona de pediatría, donde se encontraban ingresados, y saltó con ella al vacío sin que la mujer pudiera hacer nada por evitarlo. Ambos murieron al instante. Eran alrededor de las 8:30 horas y un ensordecedor grito sacudió el hospital madrileño.
Aunque se trata de un segundo piso la altura, de unos 12 metros, equivale a un cuarto piso, por lo que la caída fue mortal. Al estar dentro de un centro hospitalario no hizo falta, lógicamente, ninguna llamada al 112 y fueron los profesionales de urgencias del propio centro los primeros en llegar al lugar del suceso. Presentaban politraumatismos y entraron en parada cardiorrespiratoria. Después de 45 minutos de maniobras de reanimación no pudieron salvarles la vida, según explicó ayer un portavoz de Emergencias Comunidad de Madrid 112.
La ventana daba a un patio interior con un pequeño jardín y vallas y allí permanecieron los cuerpos de ambos hasta que la comisión judicial ordenó el levantamiento de los cadáveres.
Los primeros en alertarse fueron los trabajadores de la sección de Informática, un edificio anexo al materno infantil y los enfermeros de la planta, que cuando llegaron se encontraron a la madre fuera de sí y la ventana abierta.
La mujer, española, tuvo que ser atendida por una crisis de ansiedad durante buena parte de la mañana en el mismo hospital.
Hasta el lugar se desplazaron funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía para investigar lo ocurrido. Además de los agentes del Grupo V de Homicidios, a quienes corresponde la investigación del suceso, también acudieron funcionarios del DEVI (delitos violentos) de la Policía Científica, que comprobaron las ventanas desde donde se había lanzado Vladimir así como el escenario donde cayeron sus cuerpos. Las ventanas de la zona de Pediatría del centro hospitalario se abren con una llave maestra que disponen los enfermeros pero a la que tienen acceso los padres, sobre todo si ya llevan mucho tiempo ingresados, como era el caso de esta familia. No ocurre así si los niños son más mayores como medida preventiva, pero con los bebés no hace falta tener esa precaución ya que algún adulto ha de pernoctar con ellos. En este caso, se desconoce si fue la madre o el padre quien pasó al última noche con la niña. Al parecer, la normativa vigente establece solo para la sección de psiquiatría medidas de seguridad especiales para las ventanas y, por tanto, la unidad de pediatría no requiere de esas medidas.
Los agentes de Homicidios fueron quienes tomaron declaración a la madre de la niña, que se encontraba en un lógico estado de shock y tampoco pudo entrar en demasiados detalles. Eso sí, explicó a los agentes que, instantes previos al suceso, había iniciado una discusión con la que era su pareja y él decidió vengarse de esa forma. Por lo demás, insistió a los policías en que su relación de pareja era «normal» y sólo tenían las discusiones «típicas» de «cualquier pareja».
Vladimir tenía varios antecedentes policiales, uno de ellos por maltrato sobre una mujer que no era su actual pareja.
Hasta el lugar también se desplazó la comisión judicial del Juzgado de Instrucción 46 de Madrid, que se encontraba ayer en funciones de guardia, y que después de desplazarse hasta el hospital de La Paz, procedieron a autorizar el levantamiento de los cadáveres poco antes del mediodía para ser trasladados al Instituto Anatómico Forense, donde se le practicarán sendas autopsias.
Desde el juzgado se abrieron ayer dos procedimientos contra el hombre por asesinato y suicidio, informaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) a Europa Press. No obstante estos procedimientos se archivarán al extinguirse la responsabilidad penal del agresor, fallecido. Así, a efectos de estadísticas de criminalidad, el bebé engrosaría la lista de muertes violentas en la región (la suya es la cuarta) y podría ser calificado de asesinato al existir alevosía por parte de su agresor, según fuentes de la investigación. La muerte de Vladimir pasará a la estadística de suicidios.
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