Cataluña
«Los Mácbez»: Galicia caníbal
Javier Gutiérrez y Carmen Machi sucumben a la ambición como un político «trepa» convertido en conseller y su «Lady». Ojo: haberlas...
Galicia caníbal, cantaban Os Resentidos. Galicia, tierra de brumas y meigas. Prueben ahora a cambiar Thane (Barón) de Cawdor por conselleiro de la Xunta. ¿Hay personaje más caníbal y resentido que Macbeth? Pues ahí lo tienen. Es «Los Mácbez», la revisión en clave «galega» de la tragedia de Shakespeare que llega al Centro Dramático Nacional. Detrás, un director experto en armarla, en desconcertar y en ir por libre, Andrés Lima, un adaptador de talento al que conoce al dedillo, Juan Cavestany, y un reparto con un Mácbez llamado Javier Gutiérrez y una Lady Mácbez con el rostro de Carmen Machi. Vigilando nuestras espaldas, por si llegan con daga, LA RAZÓN se asomó a este matrimonio sin escrúpulos. Cuenta Javier Gutiérrez que Lima y Cavestany han llevado la función a «la Galicia y a la España actuales, no muy lejos de lo que pueda pasar en Cataluña, en Madrid, en la Comunidad Valenciana... Tiene que ver con la Escocia de Shakespeare en el sentido de que la Galicia actual, y la de siempre, nos ha remitido a ese clima de bruma, de lluvia persistente, y qué mejor tierra para retratar la tradición de meigas, brujería, conjuros y supersticiones, que son los que encienden la chispa para que Macbeth entre en esta espiral de locura y violencia que hacen que él y su mujer lleguen al poder». Tiene voz y voto en el tema del que habla. Nació en Ferrol en 1971 –«donde el Caudillo», suelta con cierto cachondeo– y no duda en analizar desde su óptica política la situación allí: «No hay que olvidar que Galicia ha vivido una época caciquil con Fraga durante muchísimo tiempo y sabe muy bien qué tipo de pelaje es el de este Mácbez, que es un director general de Movilidad que acaba ascendiendo a conselleiro y más tarde a presidente de la Xunta. En Orense lo conocen muy bien por tipos como Baltar. En el Gobierno de Fraga ha habido muchos Macbeth de este tipo».
Corruptelas y traiciones
Para el actor, famoso ahora gracias a la serie «Águila Roja» y antes premiado por trabajos como su protagonista de «Argelino», a las órdenes también de Lima, «Shakespeare es el autor más actual que puede existir y estaría encantado de una lectura tan contemporánea y necesaria como ésta». Y añade: «Hablamos de corruptelas y traiciones y de cómo se escala al poder de una forma impune y vil, que es lo que estamos sufriendo los ciudadanos hoy. Aunque Shakespeare hablaba de un general escocés, no ha perdido vigencia».
Con todo, el texto no ha cambiado tanto como para que no muera quien tiene que morir: «Hay sangre, claro. Sin sangre, ''Macbeth'' no puede existir» –dice entre risas el actor–. Estamos hablando de crímenes atroces de alguien que, en esa escalada hacia el poder, mata a quien se le ponga delante. Él es el brazo ejecutor y ella es la cabeza pensante. Hacen una sociedad perfecta».
Ella, claro, es Lady, como la tutea Machi. «A mí me cae muy bien. Me resulta particular –cuenta la actriz–. Es un misterio. Y te parece más misterio aún cuando indagas en ella». Explica que, aunque para muchas actrices es un papel soñado, nunca fue su caso, pero finalmente la enganchó: «Esa maldad que se supone que tiene es muy compleja. Estoy a punto de estrenar y sigo con un estado de insatisfacción que creo que es propio del personaje». Y es que no le falta razón cuando dice que «Shakespeare siempre deja en sus personajes muchos misterios. Pero con Lady es ya una cosa... Hay un salto importante: llega un momento en que parece que dice: ''Ya me ha contado todo, adiós querida''. Y desaparece de escena para siempre». Pero hasta ese punto, «es muy curioso, porque su propio lenguaje varía. La retórica de Lady, que es su sello de identidad cada vez que aparece en escena, cambia completamente en la escena de la locura». Y deja claro que ese misterio le gusta: «Ella tiene un punto tan excesivo que me hace gracia». Tragedia con mayúsculas, en esta versión aflorará el humor, aseguran ambos intérpretes. «Es un ''Macbeth'' en el que la gente seríe. ¡Será que estamos haciendo algo mal, porque nosotros lo hacemos tan serios que da risa», bromea Machi. Y explica: «Andrés tiene muchos aciertos. Es un tipo brillante con una cabeza que va a mil por hora y al que le gusta el caos ordenado. Y eso lleva a todo esto: va hasta el final, no tiene ningún pudor. Eso me gusta. Es muy valiente».
Por si alguien se ha perdido –o nunca se encontró–, en «Macbeth», William Shakespeare arranca con una escena en la que tres brujas le pronostican al noble del título que será, primero, Barón de Cawdor, y después, rey de Escocia. Y, en vez de esperar a que las cosas sucedan por sí solas, su esposa le anima a que le den un empujón al destino, aunque haya que degollar a algunos amigos. «Ella es la verdadera bruja», reconoce entre risas la actriz, premiada en teatro por papeles como «La tortuga de Darwin», y famosa en la televisión gracias a «Aída», aunque estos días millones de espectadores la han visto además en los cines en «Ocho apellidos vascos». Aquí sus ocho apellidos serán más bien de su tierra, Valladolid, porque Lima no quiso que forzara el acento gallego y se inventaron un recurso: su personaje es de fueray, sencillamente, se casó con un gallego. «En nuestra versión, lo hemos acercado a la vida que reconocemos, el aquí y ahora, y empatizas mucho con ellos porque son gente muy normal –analiza–. Eso da, por otro lado, mucho miedo, pensar que son como el vecino de enfrente. Pero, en el fondo, son una gentuza que da pena».
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