Lotería

Lotería de Navidad 2022

¿Qué pasaría si le toca el Gordo de Navidad a un número que no haya comprado nadie?

Aunque parezca muy poco probable esto ya ha sucedido, en 1931 no se vendió ningún décimo del número ganador del primer premio y esto es lo que ocurrió

Los niños de San Ildefonso son otros de los grandes protagonistas del Sorteo Extraordinario de Navidad.
Los niños de San Ildefonso son otros de los grandes protagonistas del Sorteo Extraordinario de Navidad.Servicio Ilustrado (Automático)EUROPA PRESS

El momento en el que oímos el número ganador del Sorteo Extraordinario de Navidad, todos esperamos escuchar o conocer las localidades agraciadas con el premio. Sin embargo, ¿qué pasaría si no se hubiera comprado?

Según el portal de “Lotería de Navidad”, una de las preguntas que más se repiten cada año es: “Si se reparte el premio cuando toca El Gordo en un décimo de Loteria de Navidad que no se ha vendido”. A lo que la propia página web responde: “Bien, en este caso la respuesta es de las fáciles: el premio se va directo a las arcas públicas”. Algo que ha sucedido, que se sepa, una vez en la historia.

El año que ganó Hacienda

Una imagen de la proclamación de la Segunda República en abril de 1931. Los periodistas fueron imprescindibles cronistas de esos días para la historia
Una imagen de la proclamación de la Segunda República en abril de 1931. Los periodistas fueron imprescindibles cronistas de esos días para la historialarazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@546dec3d

Dicho evento sucedió el 22 de diciembre de 1931, en la por entonces sede del Sorteo de Navidad de la Casa de la Moneda. Ese día, según explica el ABC en su crónica del evento, faltaban alrededor de treinta bolas para finalizar el sorteo y el Gordo aún no había aparecido. No fue hasta las once y media de la mañana cuando los presentes en aquél curioso Sorteo de Navidad pudieron escuchar, como es costumbre, a los niños de San Ildefonso recitar el número 24.717 acompañado con su correspondiente premio, que por aquella época era de quince millones de pesetas, poco más de noventa mil euros. Tras el júbilo de los primeros instantes, los presentes en la sala y aquellos que estaban siguiendo el sorteo por la radio esperaban impacientes conocer qué localidades habían sido las afortunadas. Sin embargo, de repente se escuchó: “¡Oído a la caja! El 24.717, ¡a la reserva!”, relata la crónica.

“¡Fuera! ¡No vale! ¡No hay derecho!”, se escuchaba en la Casa de la Moneda. La razón de este malestar generalizado era que el número en cuestión no se había vendido y el Gordo de Navidad, compuesto por dos series que sumaban 30 millones de pesetas, fue a parar a la arcas del Estado.

“No cabe duda que este año la Lotería ha venido a remediar a un jugador modesto y de los más necesitados”, relataba el cronista. Y es que, según los datos, ese año el Estado había presupuestado 435 millones de pesetas pero solo consiguió recaudar 409 millones con la venta de los décimos de la Lotería de Navidad: Por tanto, si alguien hubiera resultado ganador del premio, Loterías y Apuestas del Estado habría perdido más de 25 millones de pesetas. “Lo único que podrán decir es que soy un hombre con suerte”, declaró Jaime Carner Romeu, nombrado ministro de Hacienda pocos días antes del sorteo.