Sorteo
¿Podría mi hijo cantar algún año la Lotería de Navidad junto con los niños de San Idelfonso?
La vinculación de los niños de San Ildefonso con la Lotería Nacional comenzó en 1771 durante el reinado de Carlos III
En el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad en España, los protagonistas no son únicamente los afortunados ganadores, sino también los niños y niñas del Colegio de San Ildefonso. Esta tradición, profundamente arraigada en la cultura española, cuenta con siglos de historia. A medida que se acerca la fecha del sorteo, estos jóvenes afinan sus voces y ensayan para garantizar que la ceremonia sea impecable.
¿Por qué siempre son los niños de San Idelfonso los que cantan la lotería?
La vinculación de los niños de San Ildefonso con la Lotería Nacional comenzó en 1771 durante el reinado de Carlos III, cuando los pequeños cantaron por primera vez los números premiados. Más tarde, en 1812, cuando se instauró el sorteo moderno, los niños continuaron desempeñando este papel. Con el paso de los años, su participación se consolidó como un elemento central del evento.
El Colegio de San Ildefonso, fundado en el siglo XV por los Reyes Católicos, nació como un refugio para huérfanos y niños desamparados. Durante siglos funcionó como orfanato, hasta que en 1988 se transformó en dos instituciones: un colegio público y un internado.
¿Cómo se selecciona a los niños?
El proceso de selección para participar en el sorteo es riguroso. Los niños, que deben tener al menos 8 años, son evaluados por su habilidad verbal y vocal. A partir de octubre, los seleccionados comienzan los ensayos, afinando su entonación y memorizando números para el evento.
Durante gran parte de la historia del sorteo, solo niños varones participaron como cantores de los números premiados. Sin embargo, en 1981, las niñas del colegio fueron admitidas en esta tradición, marcando un cambio significativo hacia la igualdad de género.
El papel de los niños de San Ildefonso trasciende su función en el sorteo. Estos pequeños representan la continuidad de una tradición que une a toda una nación cada Navidad. Más allá de cantar los números ganadores, simbolizan la esperanza, la inocencia y la conexión con una historia compartida que ha perdurado durante más de dos siglos.