Sonreír sin complejos para ser feliz

45 años y toda una vida de complejos por delante, así había sido la vida de Pepe antes de lanzarse a cambiar su sonrisa para siempre.

Comprar un coche nuevo, hacer una escapada de fin de semana... La vida de Pepe iba pasando sin darse cuenta de que, en realidad, lo más importante que tenía era la salud y que debía cuidarla lo máximo posible.

Fue entonces, cuando un día se percató de que tapaba su boca al sonreír. Ya no se sentía atractivo ni a gusto con su sonrisa. Notaba cada vez sus encías más frágiles y también se percataba de que comer ya estaba empezando a convertirse en un placer del que ya no disfrutaba debido a la pérdida dental que presentaba.

Fue entonces cuando comprendió que no era solo una cuestión de estética, también lo era de salud.

Tras varios meses de ahorro, decidió buscar una clínica dental en Valencia que le inspirase confianza y honestidad. Tras pedir presupuestos en varias clínicas, decidió apostar por la calidez, la profesionalidad y el trato humano de Clínica Peydro.

“Te prometemos que saldrás de la clínica con ganas de sonreír”, le señalaban el Dr. Diego Peydro y la Dra. Marta Peydro al presentarle su plan de tratamiento.

Antes de realizar el tratamiento de ortodoncia invisible y colocar el implante en el diente que le faltaba, se le realizó un tratamiento periodontal para devolverle la salud a las encías.

Después de este primer paso, Pepe decidió ponerse en manos del Dr. Diego Peydro, no1 en Valencia, para realizar su tratamiento de ortodoncia invisible. Una vez los dientes estaban alineados, tal y como le habían explicado con anterioridad los doctores, se puso en manos de la Dra. Marta Peydro para realizar un implante dental unitario de carga inmediata.

Contento con su nueva sonrisa, Pepe decidió ir un paso más allá para poder darle un mayor protagonismo a su boca, esa con la que siempre había soñado. Es por ello que no dudó en apostar por un blanqueamiento dental y por carillas de composite para destacar, aún más, esa sonrisa.

Ahora, Pepe sonríe sin complejos y sin miedo a lo que dirán. Reconoce que su autoestima y su manera de socializar ha cambiado por completo desde que decidió ponerse en manos de los hermanos Peydro, algo que según él, ha sido la mejor decisión de su vida.