Lujo

Las razones por las que París se ha convertido en la ciudad más cara para vivir en el 2020

Los altos precios no sólo se quedan para los turistas. El coste de la vida para los parisinos ha aumentado considerablemente en los últimos años y, con la pandemia de la COVID-19, ha aumentado la situación

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París es, sin duda, una de las ciudades más populares y famosas del mundo. Los lugares emblemáticos, las atracciones turísticas, la cultura, la comida o el arte ejemplifican lo especial que es la ciudad tanto para los locales como los visitantes, pero con el inmenso atractivo que tiene la Ciudad de la Luz, es normal que sintamos curiosidad por lo caro que puede llegar a ser.

La capital francesa es el destino soñado por millones de personas de todo el mundo. Por lo tanto, los precios tienden a ser altos. Esto es particularmente cierto en comparación con lugares menos glamorosos de Europa. Francia recibe más de 80 millones de llegadas internacionales al año (para una población de alrededor de 65). La mayoría transita por París, que recibe alrededor de 15 millones de turistas al año. Todo lo que esté dirigido a los turistas es caro, por lo que gran parte de la experiencia parisina se verá afectada directa o indirectamente por eso.

Los altos precios no sólo se quedan para los turistas. El coste de la vida para los parisinos ha aumentado considerablemente en los últimos años y, con la pandemia de la COVID-19, ha aumentado la situación. Recientemente, The Economist Intelligence Unit (EIU) ha nombrado a París, junto a Zúrich (Suiza) y Hong Kong (China) como las ciudades más caras del mundo en el 2020.

La investigación comparó a 130 ciudades del mundo, contando los precios de 138 bienes y diferentes servicios, en un informe que ha visto los efectos del coronavirus. En promedio, los costes han aumentado a nivel mundial en un 0.3 % en el último año, en medio de una situación cambiante de los consumidores a consecuencia de la pandemia.

Pero, ¿qué hace a la Ciudad del Amor tan costosa? Es necesario tener en cuenta que París es la capital de un país rico y extremadamente centralizado. Mientras que en Alemania, por ejemplo, las sedes de las grandes empresas se extienden por todo el territorio e incluso se pueden encontrar en pequeñas ciudades y pueblos (Herzogenaurach, una ciudad con solo 23.000 habitantes es el hogar de Adidas, Puma y el grupo Schaeffler), en el país galo es todo lo contrario.

En Francia, por razones en gran parte históricas, prácticamente todo lo que es importante se concentra en París: la sede de las empresas, las administraciones públicas de alto nivel y muchos proveedores de servicios como abogados o consultores de gestión. Allí es donde están los trabajos bien remunerados y, donde hay gente mejor pagada, los precios son más altos.

Además, hay una gran presión sobre los bienes raíces. París tiene una expansión limitada, por lo que todos los espacios en los que se puede construir, ya se han construido. En la mayoría de los casos, son edificios históricos y no pueden ser habitados. Las casas y edificios que han sido construidos, no acaban con la gran demanda y, cuantas más personas interesadas, son más ofertas las que se pueden recibir por los espacios, por lo que los precios pueden ir variando (y aumentando).

Además, históricamente, en París los apartamentos son más pequeños y la mayoría de las veces el precio por metro cuadrado disminuye en promedio con el tamaño. Dado que tanto los bienes raíces comerciales como la vivienda son tan caras, y las personas aún necesitan obtener ganancias y vivir, todos los demás precios se incrementan.