Madrid
El primer autobús sin conductor de España funcionará en Madrid
El servicio está integrado en la red de transporte urbano. El vehículo tiene capacidad para 12 personas, alcanzará los 20 km/h y funcionará en la Universidad Autónoma
Los vehículos autónomos han llegado para revolucionar el mundo del transporte y Madrid se ha convertido en pionera al ser la primera comunidad autónoma en integrar en su red habitual de transporte urbano un autobús sin conductor que circula en tráfico abierto.
Hoy ha sido presentado en el Campus de Cantoblanco de la Universidad Autónoma, donde tendrá su ruta habitual para el traslado de estudiantes de una facultad a otra en un entorno en el que circulan cada día 30.000 personas y 6.000 vehículos.
En el vehículo caben doce personas (seis sentadas y otras tantas de pie) y cuenta con un carril señalizado para indicar su recorrido. Además, se han instalado señales de tráfico advirtiendo de las vías preferentes para el autobús autónomo. De hecho, el proyecto, realizado con la empresa de transportes ALSA, ha permitido desarrollar de manera pionera con la DGT la nueva señalización vertical y horizontal que tendrán este tipo de vehículos y que podrán extenderse, en lo sucesivo, a otras zonas de Madrid.
El autobús forma parte del proyecto impulsado por el Consorcio de Transportes de la Comunidad de Madrid y ayer fue presentado por el vicepresidente madrileño, Ignacio Aguado, y por el consejero de Transportes, Ángel Garrido. Aguado resaltó el hecho de que se trate del primer autobús autónomo en Europa que formará parte del sistema tarifario regular y ordinario. Así, se podrá acceder a él con una tarjeta de transportes o un billete ordinario, tal y como ocurre en la red de transportes de la Comunidad de Madrid.
Realizará un recorrido circular de 3,8 kilómetros de longitud en el campus de la Universidad Autónoma. La cabecera del servicio estará en la estación de Cercanía y recorrerá las principales instalaciones del amplio complejo universitario.
Para que no haya dudas de su itinerario, se pretende señalizar el carril por el que discurrirá la circulación con una cuerda o línea continua en el eje central del carril. La velocidad máxima a la que circulará será la de 20 km/h. Pero no estará operativo a pleno rendimiento hasta el mes de febrero ya que, durante tres semanas, se estarán realizando distintas pruebas de circulación por el campus universitario para evaluar el recorrido, los posibles obstáculos que pudieran encontrarse y realizar el mapeo de la vía para poder constatar que el trayecto y las paradas tienen un funcionamiento óptimo.
Aunque el vehículo circulará sin conductor, en su interior viajará siempre un asistente para atender de manera manual cualquier incidencia que pudiera registrarse como, por ejemplo, que hubiera un vehículo estacionado en doble fila y en vía preferente.
Miguel Ángel Alonso, director general de mantenimiento e ingeniería de Alsa, manifestó a LA RAZÓN que sólo hay antecedentes de un servicio similar al madrileño en San Sebastián, en concreto, en un polígono tecnológico en el año 2016, pero sólo por unos meses. El proyecto piloto que presentó ayer el vicepresidente madrileño es fruto de un convenio firmado entre el Consorcio Regional de Transportes de Madrid, la UAM, la Dirección General de Tráfico (DGT) y el operador de movilidad ALSA.
Aguado destacó que se trata de «un hito sin precedentes que sitúa a Madrid como sinónimo de futuro» en base a «pilares innegociables: libertad, movilidad, respeto a la iniciativa privada e igualdad de oportunidades».
El vicepresidente de la Comunidad de Madrid se mostró orgulloso por la contribución al progreso y a la movilidad sostenible que ofrece el autobús «empujado por el trabajo de centenares de personas que han hecho posible que sea una realidad». En su opinión, «el sector público y el sector privado, cuya colaboración se ejemplifica en este proyecto de autobús autónomo, tienen que ir de la mano para alcanzar las cotas máximas de bienestar y desarrollo (...) El trabajo conjunto de ambos sectores no es solo el futuro, sino el presente de la Comunidad de Madrid».
Según la Comunidad de Madrid, «este vehículo autónomo es la constatación de una nueva movilidad basada en el vehículo eléctrico, compartido y autónomo, en el que los principios de sostenibilidad ambiental y seguridad van a ser prioritarios». Además, este proyecto piloto «es una oportunidad de consolidar y mejorar el posicionamiento de la Comunidad de Madrid y de España como país líder en materia de movilidad segura y sostenible».
Aguado resaltó que el vehículo cumple los cuatro objetivos que debe tener la movilidad del siglo XXI: «seguridad, rapidez, precio asequible para los usuarios y sostenibilidad» al tratarse de un autobús 100% eléctrico.
Ahora que se ha puesto en marcha en la Universidad Autónoma, Transportes no descarta que pronto se pueda ver en otras universidades autobuses de similares características «con la garantía de no poner en riesgo la seguridad de los ciudadanos», añadió Aguado.
La Consejería de Transportes asegura que la puesta en marcha de este proyecto es fruto del equipo de trabajo que comenzó a funcionar el pasado mes de diciembre entre el Gobierno regional y las universidades madrileñas con el objetivo de desarrollar planes de movilidad sostenible en el mundo universitario. De hecho, el propósito es que las universidades madrileñas puedan empezar a trabajar en planes de movilidad sostenible en sus campus. Ya se ha fijado un calendario de trabajo entre todas las partes implicadas con la intención de que en diciembre de 2021 las universidades públicas puedan presentar los planes diseñados para sus instalaciones.
Regulación de la DGT
La DGT ya estableció en el año 2015 el marco normativo estable necesario para la realización de pruebas en vías abiertas al tráfico con vehículos de conducción automatizada en vías abiertas a la circulación. En una instrucción de la DGT se recogen de forma detallada los requisitos necesarios para solicitar dichas pruebas, así como una clasificación de dichos vehículos en función de su nivel de automatización.
Así, la normativa ya permite realizar estas pruebas de investigación. Para casos como el madrileño, la DGT contempla autorizaciones de funcionamiento por un periodo de dos años con posibilidad de renovarlo.
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