Madrid

Otro maltratador intenta apuñalar a un policía en Vallecas

Se atrincheró en su vivienda tras saltarse una orden de alejamiento de su novia y agredir en la calle a la familia de ésta cuando fue a buscarla

Fachada del edificio donde ocurrieron los hechos, en Puente de Vallecas
Fachada del edificio donde ocurrieron los hechos, en Puente de Vallecaslarazon.

Afortunadamente los hechos no han acabado tan mal como el domingo pasado, cuando dos policías fueron apuñalados por un maltratador al que acabaron disparando tras una intervención en su casa. Ocurrió en Villa de Vallecas y hoy, a cinco kilómetros de allí, en el vecino distrito de Puente de Vallecas. Concretamente en la calle Pedro Callejo, 1. Cuando llegaron los indicativos policiales, el hombre, Iván C. T., de 30 años, ya se había atrincherado en su vivienda, un tercer piso del inmueble. Eran sobre las 16:30 horas y abajo estaba su novia, muy alterada, y la familia de ésta, que habían ido al lugar tras enterarse de que se había reunido con este individuo, sobre el que pesaba una orden de alejamiento y prohibición de comunicación con la mujer. La pareja discutió en la calle con la familia de ella e Iván acabó agrediendo a la madre y la tía de su novia. Luego subió a la vivienda y cuando los agentes llegaron al lugar (y ante la negativa de éste a abrir la puerta), él preparó otro ataque, esta vez contra los policías.

Mientras trataban de abrir la puerta y tras arrancar la mirilla, uno de los agentes vio cómo el tipo se levantó del sofá del salón y se dirigió hacia la puerta corriendo con un cuchillo en la mano. Los agentes lograron escapar a tiempo y solicitaron refuerzos a sus compañeros. En la carrera, un agente se lesionó un tobillo. Él, cuchillo en mano, gritaba desde la puerta: «¡Hijos de puta! ¡Os voy a rajar el cuello!». Finalmente los agentes que llegaron a reforzar lograron reducir y engrilletar al tipo. La intervención fue realizada de forma conjunta por agentes de Policía Nacional y Policía Municipal de Madrid. En esta ocasión, sí han logrado esquivar un apuñalamiento seguro.