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La manifestación de Vox en Madrid, desde dentro

Las banderas de España fueron las grandes protagonistas en una mañana en la que se congregaron en el centro de la capital más de 6.000 vehículos

Un momento de la manifestación en el que los participantes lanzaron botes de humo con los colores de la bandera de España
Un momento de la manifestación en el que los participantes lanzaron botes de humo con los colores de la bandera de EspañaManu FernandezAP

Quién le iba a decir a los madrileños hace dos meses que iban a mirar con extrañeza un atasco cuando las congestiones de tráfico son algo de lo más habitual en el paisaje de la ciudad. Pero es lo que ha ocurrido esta mañana. Las entradas a la capital más cercanas al eje Cibeles-Recoletos-Goya, el lugar donde estaba convocada por Vox la “marcha de la libertad” en Madrid estaban impracticables a media mañana, incluso una hora antes de la convocatoria, y continuaron así hasta primera hora de la tarde. Es la primera vez que ocurre desde la entrada en vigor del estado de alarma hace más de dos meses.

Las bocinas no paraban de sonar, y esta vez no era porque los conductores quisieran recriminar una conducta inapropiada. El sonido de los cláxones era una manera de mostrar la repulsa con la gestión que el Gobierno central está haciendo de la crisis del coronavirus. Ese fue el espíritu con el que se reunieron 6.000 vehículos en el entorno del Barrio de Salamanca, según las cifras que ha hecho públicas Delegación del Gobierno.

La bandera de España fue elegida como símbolo de la manifestación sobre ruedas impulsada por la formación que preside Santiago Abascal. Los dirigentes de Vox encabezaron la marcha subidos en un autobús descapotable al más puro estilo de las celebraciones deportivas, aunque no lograron completar el recorrido porque el volumen de vehículos era tal que llegó un punto en que les fue imposible seguir avanzando. De hecho, no fueron pocas las críticas que recibieron por lo que algunos tacharon con un ambiente “excesivamente festivo”.

“Esto es como si hubiéramos ganado la Copa del Mundo”, llegó a decir el portavoz de la formación verde en el Congreso de los Diputados, Iván Espinosa de los Monteros. También estuvieron presentes Rocío Monasterio, portavoz en la Asamblea de Madrid, y Javier Ortega-Smith, su homólogo en el Ayuntamiento de la capital, que recibió el alta hace unos días después de más de una semana ingresado por las secuelas que le ha dejado el coronavirus.

Los gritos más repetidos no distaron mucho de las proclamas que no se han parado de oír en las caceroladas de las 21:00 horas desde que la chispa prendió el pasado 10 de mayo en la céntrica calle Núñez de Balboa. “Libertad”, “Sánchez, dimisión” y “Viva España” predominaron, en especial este último. El himno nacional sonaba en los altavoces de los turismos cada pocos metros, al igual que éxitos patrios tan representativos como “El torito guapo” de El Fary. También, algunos optaron por pintar eslóganes en la luna trasera de los vehículos: “Gobierno asesino. Más de 30.000 muertos”, fue uno de los más duros.

Pero no todos se acercaron al centro de Madrid en turismo, también se vieron muchas motocicletas y bicicletas. Del mismo modo, la caravana provocó los aplausos de los que se la encontraron por casualidad y también a los que acudieron a una de las calles por las que transcurrió. Cualquier medio era bueno para sacar el sentimiento a relucir. Lo único que no podía faltar era la rojigualda. “Este Gobierno es una vergüenza, quieren callarnos pero no van a poder. Hoy se ha visto que la Resistencia no son solo los pijos de Salamanca”, dijo un manifestante.