Retiro
Los libreros de Moyano buscan salir de su abandono
Costear los gastos por vandalismo, señalizar la zona... El PSOE presentará varias medidas para mejorar este espacio
Paco Moncada lleva exactamente 43 años de su vida dedicado a cumplir los deseos literarios de todos aquellos, madrileños o no, que se dejan caer por la Cuesta de Moyano. Porque, como él dice, la gente que se acerca a esta calle del Retiro, establecida como feria del libro permanente desde 1925, «no viene a buscar, sino a encontrar»: uno puede acudir con la intención de adquirir la última novedad de Pérez Reverte y salir de allí con una primera edición de «El Principito» bajo el brazo. Su caseta es la número 19 dentro de un total de 31, de las cuales 29 permanecen abiertas. Todas ellas se han convertido en el último gran bastión de lo que por estas geografías conocemos como «librerías de viejo». «Somos los únicos que quedan para salvaguardar el panorama bibliográfico español. Sin nosotros, el libro viejo, el de segunda mano, desaparecería», dice Moncada. Y ese es precisamente su temor: no solo que desaparezcan estos valiosísimos volúmenes, sino que los propios libreros se extingan con ellos. Y más aún, en tiempos de alerta sanitaria. «La mayoría de puestos están ahora cerrados debido al confinamiento», explica.
El Grupo Municipal del PSOE llevará el próximo 10 de noviembre a la Junta de Retiro una iniciativa con el objetivo de preservar este «tesoro cultural» del distrito. Su concejal, Ian Pérez, presentará una serie de medidas que tendrán en cuenta las dificultades por las que atraviesa el sector del libro, y que se han visto agravadas por la crisis sanitaria. La primera de ellas, que sea la propia Junta Municipal quien asuma la limpieza y pintura de las casetas. Y es que los puestos, cerrados durante los primeros meses de pandemia, han sido vandalizados.
«El interior de los mismos no se tocó, pero, cuando cerraron, se llenaron de grafitis de forma escandalosa: algunos con cierta gracia, otros con ninguna, y otros un poco ofensivos», explica Moncada. El problema es que, a día de hoy, están siendo los propios libreros quienes tienen que pagar de su bolsillo la limpieza.
Otro de los puntos que el PSOE someterá a votación es instar al Área de Cultura «para que se cumpla lo pactado en 2016-2017» y que se instale «la señalítica correspondiente, en ambos extremos de la Cuesta de Moyano», indicando no solo su existencia; también una explicación sobre su historia y el nombre de las casetas.
Como explica a LA RAZÓN Mar Espinar, concejala del Grupo Municipal Socialista y miembro de la Comisión Permanente de Cultura, la señalítica es a día de hoy un requisito «imprescindible». «Todos sabemos que la Cuesta de Moyano es un sitio especialmente singular, pero que no se da a conocer todo lo que se debiera. Los libreros están atravesando una situación muy complicada, y no solo por la pandemia. Después de las obras que se acometieron, ha quedado un paisaje un poco inhóspito, no hay sitios que inviten a los viandantes a quedarse. Es un entorno que tenemos que mimar». Espinar recuerda que, en el anterior mandato, se incluyó la Cuesta como uno de los puntos de las guías turísticas de la capital. «Tendría que ser un reclamo para la gente que visita Madrid. Y para ello, hay que dotarlo de actividad cultural», explica.
De hecho, dentro de su iniciativa, el PSOE pedirá también que se estudie la instalación de un espacio para la memoria de los libreros. Entre otras alternativas, podría tratarse de un monolito, una placa o bien dotar de nombres a las casetas. En todo caso, lo que se persigue es que «se recuerden los nombres de los libreros y en el que se rinda homenaje a todas aquellas personas que han mantenido vivo» este espacio a lo largo de los años. Hay que apuntar, además, que la Cuesta de Moyano se encuentra incluida en ese Eje Prado Retiro, evaluado actualmente por técnicos de la Unesco para su posible inclusión como Patrimonio de la Humanidad.
Muchas de estas propuestas han sido desarrolladas por la plataforma ciudadana Soy de la Cuesta, que presentó al Ayuntamiento de Madrid el pasado mes de mayo una serie de iniciativas para revitalizar este punto literario de la capital. El plan, bautizado como «Madrid sube la cuesta» propone la celebración de encuentros culturales y talleres, que podrían ser online si la normativa sanitaria así lo indicara. Del mismo modo, sugieren la creación de un mapa en el que se sitúe a Moyano como «kilómetro cero de la lectura».
Los afectados son conscientes de que el mercado ha cambiado. Sobre todo a raíz de la apertura de nuevos canales online, que van desplazando a los espacios físicos como puntos de adquisición de libros de ayer o de hoy. «El mundo va evolucionando, pero por eso tenemos que defender a la Cuesta de Moyano», explica Paco Moncada. Los libreros agradecen «la buena voluntad» del Ayuntamiento de Madrid, que les ha exonerado de pagar el canon tanto este año como el próximo 2021, siguiendo así los Acuerdos de la Villa. Sin embargo, su temor sigue vigente: ver cómo esos puestos, casi centenarios y de unas dimensiones de 15 metros cuadrados, acaban siendo sustituidos por «casetas de churros o de boquerones». Por ello, creen que su labor debe ser valorada. «Ser librero es muy duro. Estamos a la intemperie, haga frío o calor, llueva o nieve. Pero nos gusta. Y por eso seguimos aquí», concluye.
Casetas de entre 3.000 y más de 10.000 euros
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