Recaudación
La pandemia hundió también el “negocio” de las multas
La crisis sanitaria y económica de la Covid se ha dejado sentir también en la recaudación municipal... para mal
La Covid-19 también ha dejado su impronta en la recaudación por multas de tráfico. Como por otra parte, no podía haber sido de otra forma. Confinamiento obliga. Las denuncias formuladas hasta septiembre de 2020 fueron 1.312.377. Pálida imagen frente a las impuestas hasta septiembre de 2019, 1.742.619; o las de 2018: 1.940.687. Y nada que ver con aquel tiempo de una añorada «vieja normalidad», en septiembre de 2017: 2.249.185. La caída, como refleja el gráfico va desde un 25% respecto a 2019; un 33% respecto a 2018 a un 42% respecto a 2017.
Una situación que es también fácilmente apreciable si estudiamos la evolución en los meses de confinamiento estricto: de marzo a mayo de 2020 las denuncias formuladas fueron 187.361. Una cifra que no tiene parangón si la comparamos con el mismo periodo de 2019, con 479.659 denuncias formuladas. O las 650.725 de marzo-mayo de 2018. O las 800.444 de 2017. Otra conclusión relevante es que, antes del importante bache producido en la recaudación municipal, a causa de la pandemia, el número de multas ha tenido un efecto de disminución importante. Ya sea por la impronta, poco a poco, del trasporte público, o por una mayor concienciación ciudadana a la hora de cumplir las ordenanzas municipales y lo que dicta la DGT. Sea como fuere, la caída en estos meses de pandemia ha sido un 61% respecto a 2019, un 72% respecto a 2018 y un 77% respecto a 2017.
Hasta aquí los fríos números de las estadísticas. Ahora, otras que le importan más al Consistorio: La Administración ha dejado de ingresar, en vía voluntaria, 18,4 millones de euros. Los poco más de 43 millones de euros «recaudados» entre enero y noviembre de 2020 son un 30 por ciento de los más de 61 millones obtenidos un año antes, en 2019.
Respecto a las denuncias tramitadas a extranjeros, 68.008, sólo se logró recaudar entre esos meses de marzo a noviembre, 459.470 euros. Esto es: solo pagaron 8.937 de aquellos 68.008. Entre las residencias en el extranjero o la dificultad para localizar a los infractores, algunos fuera ya de nuestras fronteras, y el rechazo a hacer frente a sus obligaciones, muchos se fueron de rositas.
Respecto al tipo de infracciones cometidas por todos en las calles y plazas de Madrid, entre las llamadas dinámicas, las que afectan a hablar por el móvil o por WhatsApp son mayoría: el 43%.
Además, están las que afectan a la velocidad, un 17% o 13% a saltarse los semáforos. Un 31% se hundieron también -entre enero y agosto- las sanciones impuestas por no hacer caso a las señales de tráfico. Mención aparte merecen las multas por «saltarse» Madrid Central. Hasta 366.231 sanciones se impusieron entre enero y agosto, un 36% por ciento más frente a las 268.420 del año anterior. Y es que el proyecto estrella de Manuela Carmena sigue dando réditos al Consistorio pese a que la líder izquierdista ya no está al frente del Consistorio. Una salvedad a tener en cuenta: las multas en Madrid Central, en 2019, empezaron en marzo.
Cabe recordar también que la multa por acceder a Madrid Central con un coche con etiqueta medioambiental B, C o sin etiqueta, siempre y cuando no sea residente o no estacione el vehículo en un parking, será de 90 euros, aunque podremos reducir dicha cantidad a la mitad si efectuamos el pago de la misma dentro de los primeros 20 días naturales, quedándose finalmente en 45 euros. Por supuesto, esto no incluye la resta de los puntos del carnet de conducir. Y una última salvedad para el futuro y las posibles multas: atentos a la puesta en marcha de Madrid 360. La zona de bajas emisiones, sostenible y verde del actual Consistorio. Atentos especialmente en los primeros meses de 2021, cuando, tras la vacuna, la vida y la circulación vuelvan al centro de la capital. Y con ello, las infracciones y sus penas.
Pero volvamos al pasado cercano. Ese que nos duele aún en el bolsillo. En lo que ha tenido que ver con las llamadas infracciones estáticas, también acumularon un relevante descenso: Hasta un 37% la invasión del carril-bus; un 47% las infracciones que obedecen a cuestiones de carga y descarga, o un 24% la doble fila... y el sector estrella: el control del aparcamiento regulado: un 45% menos en el SER sin tique o un 50% con un tique no válido.
Un rosario de números y estadísticas que han estado marcadas por la crisis del Covid. Y que, de alguna manera, se mantienen bajo el influjo de la pandemia. Atentos todos a un posible cambio de criterios sanitarios que podrían hacer volver aquellos días de confinamiento o –como en la actualidad ha sucedido-, retomar los controles de movilidad en las zonas básicas de salud (ZBS).
Sea como fuere, se mantienen los horarios de obligada presencia en casa, salvo que se quiera desobedecer –no ya la ordenanzas o leyes municipales, sino las gubernamentales. Algo que nos puede acarrear pagar una «multa» con eco sanitario, sin duda superior a la del Consistorio. Hasta 600.000 euros. Y desde luego, sin «pronto pago».
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