Solidaridad ciudadana
De aficionados al todoterreno a rescatadores en 4x4
Hasta 400 voluntarios y voluntarias están trasladando en sus vehículos al personal sanitario de Madrid a los hospitales para salvar las dificultades del temporal de nieve
Las aficiones unen. No importa si se viven en grupo o en solitario, porque hoy en día, cuando las nuevas tecnologías han hecho invisibles las barreras espaciales, compartir una pasión es siempre sinónimo de estar en conexión con otros locos y locas del deporte, los videojuegos, la literatura o, en este caso, del motor. Redes de apoyo construidas sobre una afinidad común que, de la noche a la mañana y sin avisar, podrían convertirse en el tejido humado de un servicio esencial frente a una emergencia climática con nombre propio: «Filomena».
«No somos más que un grupo de amantes del todoterreno, que solemos salir los fines de semana a hacer rutas y estamos organizados en redes sociales por comunidades autónomas para que, si uno se queda atascada con su vehículo, otro acuda al punto del incidente a sacarle, sin ningún ánimo de lucro; digamos que somos algo así como un club de amigos», dice a modo de presentación sobre SOS 4x4 uno de sus integrantes, Jaime Brotons, que desde el viernes y a distancia, es uno de los encargados de gestionar los desplazamientos de los voluntarios que han puesto a disposición sus todoterrenos y su tiempo para cubrir una de las necesidad más esenciales de los madrileños y madrileñas ahora que las calles se han vuelto intransitables por la nieve y el hielo: el acceso a los hospitales. Al inicio de la tormenta en el grupo de Telegram de SOS 4x4 en Madrid había en torno a 200 conductores y conductoras, pero, unas horas después, con los primeros indicios de colapso en la ciudad, el grupo sumaba ya cerca de 6.000 personas.
Ante la avalancha de buena voluntad, los administradores del canal de comunicación de SOS 4x4 decidieron subdividir el grupo madrileño en otros 48, correspondiendo cada uno de ellos a un hospital de la región. «Yo, desde la Comunidad Valenciana, no puedo coger el coche, así que he asumido el rol de coordinador; creé el grupo del Hospital Zendal y he organizado en colaboración con la dirección de gestión del centro una ruta de conexión con la boca de metro más cercana, la de Ifema», cuenta Jaime Brotons, que este fin de semana ha improvisado en su casa de Finestrat, en Alicante, una suerte de oficina de asistencia en carretera sin perder de vista el callejero de la capital. Como esta, todas las lanzaderas nacidas de esta iniciativa están permitiendo que el personal sanitario llegué a sus puestos de trabajo y puedan continuar con su labor fundamental en un momento en el que, no hay que olvidarlo, la Covid-19 amenaza con una tercera ola respaldada por las bajas temperaturas.
Según los cálculos de SOS 4x4, son ya unos 400 voluntarios contribuyendo a este servicio en toda la Comunidad y, además, dejándose la piel en ello, literalmente: «Entre viaje y viaje, me rompí un dedo de la mano, pero estaba en el Hospital Universitario del Sureste, en Arganda del Rey, recogiendo a pacientes, así que en 20 minutos me hicieron la radiografía, me pusieron la escayola y a la carretera», cuenta Jaime Guinea, un treintañero de Barcelona al que Filomena ha pillado en Madrid, durante una visita a sus padres y que no ha dudado en unir fuerzas con SOS 4x4 después de conocerles a través de los medios. «El sábado me desperté con la intención de sentarme a jugar a la Play, pero luego pensé que podía hacer algo mejor», confiesa. Y eso hizo.
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